Del paciente cero al artículo 150


Un hasta luego lleno de agradecimiento


Después de casi tres años y de 150 textos publicados, mis artículos semanales en Jugo de Caigua llegan a su fin. El motivo es muy sencillo: me encuentro en la etapa final del doctorado y toda mi energía debe dirigirse a terminar mi proyecto de investigación sobre el museo TECNO-ITINTEC. Detenerme ahora a escribir este último artículo me permite mirar atrás y reflexionar sobre lo que he aprendido en estos años y, de paso, compartir una noticia que he esperado meses para difundir.

Mi participación en esta columna de los lunes se inició en un momento muy distinto, tanto para mí como para el mundo. Cuando Jugo de Caigua comenzó, todavía nos encontrábamos muy vulnerables al covid-19. Mis días se dividían entre el doctorado y el tiempo que le dedicaba a las redes sociales. El coronavirus era el tema principal, no solo de mis primeros artículos, sino de todas las conversaciones que teníamos. Poco a poco pasaron los meses y nos fuimos vacunando, revacunando, agobiándonos con la información, despidiéndonos de personas a las que queríamos, y así, hasta que finalmente casi dejamos de preocuparnos por el coronavirus. 

El cambio de foco de la pandemia en la vida cotidiana me dio el espacio para explorar otros temas. Política, ciencia ciudadana, redes sociales y hasta filosofía de la ciencia. Como todo contenido que se hace público, algunos artículos se perdieron en el mar de información en el que vivimos, pero otros aún son recordados por amables lectores que, de vez en cuando, me envían comentarios relacionados con los textos que más conversaciones produjeron, como El trío de los tibios, que señala a la ciencia apolítica; mi declaración amorosa a la Biblioteca Nacional, o aquel en el que se filtra mi indignación hacia el gobierno actual

Una de las ventajas de escribir una columna semanal es la obligación de encontrar un tema sobre el cual escribir. Para bien o para mal, una de las particularidades de nuestro país es que siempre está ocurriendo algo interesante o inquietante y en una semana a veces hay más de un tema que comentar. Aunque pueda parecer agotador, entrar en la constante de buscar sobre qué escribir se convierte luego en algo cotidiano. Desde mi perspectiva, ello obliga a quienes estamos en el mundo académico a seguir la actualidad y no solo los temas en los que enfocamos nuestras investigaciones. 

Toca compartir ahora que cuando coordiné con mis compañeros de esta plataforma cuál sería la fecha en que se publicaría mi último artículo, pensé en tres oportunidades más en las que pediría colaborar nuevamente. Las dos primeras serían para compartir los resultados de dos artículos que sabía que estaban por publicarse, y la tercera sería mi tesis de doctorado, aunque esta última aún no tiene fecha.  Curiosamente, uno de los artículos que esperaba compartir con mis lectores se publicó esta semana, lo cual me da la oportunidad de mencionarlo en esta oportunidad. 

Mi artículo Creando el paciente cero de Perú: narrativas sobre la pandemia a través de los medios de comunicación tradicionales y sociales ha sido publicado en la revista de historia de la ciencia y medicina Manguinhos. Como se puede apreciar en el enlace, el texto recoge varias de las temáticas que he compartido en mis artículos, como el control político de la pandemia, el rol de los medios de comunicación y el uso de las redes sociales.  

El artículo se centra en los primeros días de la pandemia de covid-19 y se fija en la imagen del “paciente cero”. Como otros académicos han mencionado, el término paciente cero no es científico, ya que en la mayoría de las ocasiones no podemos saber a ciencia cierta quién es el paciente que contrajo primero una enfermedad. Además, el término paciente cero no distingue entre el primer paciente contagiado y el primero identificado. Por este motivo, los epidemiólogos prefieren usar los términos “caso index” y “caso primario”, que sí diferencia entre el primer contagiado y el primer diagnosticado, así como la incertidumbre de no conocer los primeros contagios.

Durante aquellas primeras semanas de la pandemia en el Perú la imagen del paciente cero cobró mucha fuerza y fue muy utilizado por las autoridades, la prensa y el público general. A pesar de la inexactitud, el término se hizo popular y creó un interés alrededor de ese “paciente cero” peruano, que usó sus redes sociales para dirigirse al público y participó en múltiples entrevistas. Como explico en el artículo, las personas respondieron de forma positiva a sus participaciones porque se presentó como una persona responsable y, también, porque estuvo alineado con las indicaciones del gobierno, como la cuarentena y luego la vacunación. La imagen del paciente cero, además, fue usada por las autoridades de ese momento como un ejemplo de que la mayoría de los casos de coronavirus se iban a resolver de forma sencilla si es que se seguían las indicaciones. Algo que, como sabemos, no ocurrió en nuestro país. 

El objetivo que tiene dicho artículo es uno de los que más he buscado alcanzar en mi columna semanal en Jugo de Caigua: invitarnos a pensar sobre el rol que tiene la comunicación de la ciencia, el potencial que puede tener usar unas palabras u otras para referirnos a estos primeros pacientes, pero también las expectativas de la vacunación, del uso de redes sociales, la aplicación de nuestras tecnologías, entre otras situaciones. Es claro que varias de las reflexiones que pueden leerse en mis artículos han originado otros frutos —como es el caso del artículo mencionado—, pero también otros impactos relacionados con mis proyectos de investigación. Aunque ya no lo haré desde Jugo de Caigua, espero seguir reflexionando sobre estos temas, y también inspirarme en los que nuestra nueva juguera de los lunes nos empezará a presentar desde la próxima semana. Cederle la palabra a una profesional con tanta experiencia y conocimiento hace más fácil que deje este espacio que para muchos se ha convertido en su espacio de reflexión de los lunes. La buena noticia es que el jugo les seguirá llegando con una dosis de ciencia, y eso ¡hay que celebrarlo!


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5 comentarios

  1. Natalia Sobrevilla

    Maravilloso Ale! Felicidades por el artículo académico publicado y que sean muchos más!
    Te extrañaremos!!!

  2. Lalescka

    Un gusto haber sido una lectora de tus columnas Ale. Me uno a Natalia, te extrañaremos!!

  3. Beatriz

    Me gustó el artículo A FAVOR DEL CHISME, muchas gracias aprendí muchos, exitos

  4. Jorge Iván Pérez Silva

    ¡Muchas gracias y muchos éxitos!

  5. Rubén

    Gracias por motivarnos a la reflexión en un tema muy importante

    Te vamos a extrañar, esperamos tener noticias.

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