Los científicos peruanos se alejan del mito de que la ciencia no es política y empiezan a sentir las amenazas del silencio.
Hace tres semanas escribí aquí sobre cómo las revistas científicas abandonaron años de reserva política y apoyaron a Joe Biden en su camino a la presidencia de Estados Unidos. En la reunión de coordinación que tenemos todos los sábados con el equipo de Jugo de Caigua, me habían preguntado: “Ale, ¿cuál sería el equivalente en Perú?”. Pensando en el ejemplo más improbable, respondí: “Sería como si la UNI, como universidad e institución científica, saliera a apoyar a un presidente”.
Al final no incluí el símil en mi artículo porque me parecía que era más ciencia ficción que una posible realidad. Sin embargo, algo así ocurrió esta semana y no ha sido para apoyar a un presidente: ante la emergencia nacional y . También,, la San Antonio Abad del Cusco, la Nacional de Trujillo, entre otras; y a ellas se han sumado,,, entre cientos de científicos y académicos.
Sí, los mismos científicos que a veces se escudan detrás del “yo solo hago ciencia, la ciencia es apolítica”, se han manifestado. Es que la crisis política escapa de ser una conversación de sobremesa: es una amenaza al desarrollo científico de nuestro país.
En la ecuación del científico peruano no hay espacio para tibiezas.
El científico que no habla de dinero ni domina su lenguaje, no investiga. La ciencia ya no se realiza en el ático de un aristócrata apasionado por el conocimiento, se realiza en laboratorios equipados, con personal especializado y con presupuestos de miles de dólares. Para hacer investigación, los científicos peruanos tienen pocas puertas que tocar. La primera de ellas está en sus propias casas de estudio, esas mismas que han aumentado sus presupuestos de investigación gracias a la . La segunda, y tal vez más generosa, la casa de todos, es la del propio estado mediante convocatorias públicas que convocan CONCYTEC, Innóvate Perú y, quizás, dinero del canon o convocatorias de algún ministerio. Y por último, las empresas privadas, que tienen pocos incentivos para apoyar la innovación e investigación1.
El científico que no habla de religión ignora el rechazo que tiene la ciencia dentro de algunas comunidades. No todas las religiones rechazan la ciencia, ni todos los científicos rechazan las religiones. Pero lo que sí vemos son nuevos discursos anticientíficos apoyados en opiniones religiosas. A veces, las diferentes posturas también se ven dentro de una misma religión, comomientras algunos feligreses las satanizan en las calles. Cuando hablo de acercarse a la población con información científica, también apunto a conversar sobre posibles dilemas morales y resolverlos brindando oportunidades e información.
Finalmente, el científico que no habla de política está negando su realidad. Aquí me hago una pregunta personal: ¿cómo investigas mientras se incendia tu casa? ¿Cómo generas nuevas ideas y nuevo conocimiento mientras todo el mundo da vueltas? Además de tristeza, impotencia y rabia, la situación política me ha producido una falta de concentración. Pienso que esta sensación personal refleja también el estado de la ciencia en el Perú. Queremos ciencia que resuelva nuestros problemas, pero la ciencia no fructifica en un ambiente inestable. Las preguntas logísticas de los científicos no son en vano. ¿Quién va asumir la cabeza del CONCYTEC? ¿Se realizarán los desembolsos de las convocatorias en curso?. Estas se suman a preguntas que serán respondidas a largo plazo: ¿seguirá mi universidad invirtiendo en investigación si cambia la Ley Universitaria? ¿Tendré contrato a tiempo completo si la SUNEDU deja de exigir un 25% de profesores a tiempo completo? ¿Mi título refleja capacidades profesionales, o los intereses personales de los dueños de mi universidad? Estoy segura de que todas estas preguntas encontraran respuestas que ahora desconozco, aunque la incertidumbre nos persiga.
Los científicos e investigadores han salido a marchar por la SUNEDU, porque #SinCienciaNohayFuturo y porque, en esta ecuación, no hay espacio para tibios.
1 I Censo Nacional de Investigación y Desarrollo a Centros de Investigación, CONCYTEC (Abril,2017)
Muy buen artículo; la ciencia no puede apartarse de la realidad, forma parte de ella y debe ser siempre una voz que se haga escuchar; si estamos donde estamos es justamente por la ausencia de ciencia
Sin ciencia no hay desarrollo. Ojo, ahora es prioridad la investigación a nivel de las ciencias sociales tan postergada y menos valorada en los últimos tiempos. Sin calidad educativa nos estancaremos primitivamente.
Muy acertado artículo, la ciencia no se puede divorciar de la realidad de un país, más aún cuando su propio futuro se ve afectado. Todos tenemos el deber y derecho de participar en la política de nuestrA nación, para definir su destino
No lo había tomado en cuenta como una exigencia propia. Si estaba de acuerdo con que debían tomarse en cuenta estos aspectos sin plantearme como necesidad propia el conocer, tener una postura y expresarme en estos campos; es más, huía de ello como científica en formación. Gracias por la reflexión, aunque aún me cuesta e incomoda hablar de política y religión. Es parte de aplicar ciencia en la vida real.
Muy buenas y acertadas reflexiones
Hemos tenido potencial «prueba rápida molecular» atrapada en una eterna postergación porque cada dos minutos volaba la cabeza de un ministro y la solicitud debía empezar de cero.
Siempre es importante el jugo de caigua
A riesgo de parecer monotemática. Debemos lucgar pir una ciencia más cercana a las necesidades y bien estar de las poblaciones y menis a lis intereses de las corporaciones.
La ciencia, la tecnología, la innovación, no son neutras políticamente, responden a intereses y también se donlegan y sirven a mafias.
La participación de las mujeres en la ciencia puede y tiene que ser mayor, y su aporte científico visibilizado
Buena reflexión para los científicos y los demás. Definitivamente no podemos mostrar indiferencia a la política y menos a la coyuntura que atraviesa el país, porque toda buena o mala decisión del gobierno, nos repercute profundamente a nuestra realidad y futuro como sociedad.
Una cosa es la ciencia y otra cosa son los científicos. Que la ciencia sea apolítica no significa que científicos lo sean. Pero ser político implica gastar tiempo. Hacer ciencia no es fácil requiere todo tu esfuerzo y tiempo (al menos la buena ciencia) (y a un más difícil en el Perú). Que un científico no sea político trae desventajas para el individuo y para el desarrollo científico del pais (menos presupuesto , pais en llamas, etc.). Sin embargo, en ciertos casos centrarse solo en hacer ciencia puede traer beneficios para toda humanidad (algunas investigaciones pueden tener ese grado de relevancia).
Buena reflexión
Todo se simplifica a una sola variable: el dinero. Lo que nos falta es un ecosistema para hacer dinero. Aqui solo tenemos leyes o iniciativas aisladas. Ya que mencionas a la UNI: ¿Por qué cruzando la av. Tupac Amaru solo encuentras negocios marginales, por qué en su lugar no estan las oficinas de investigación y desarrollo de las empresas? Capaz se logre mayor eficiencia con una simple ley que exija acreditación ABET o equivalente a todas las universidades locales. Al parecer la eficiencia tampoco es una prioridad.