Una encuesta crucial para nuestro futuro


Una mirada profunda a los hábitos lectores de los peruanos


La semana pasada se publicó, al menos en PDF, Perú: características del comportamiento lector de las personas de 0 a 64 años, el documento resultante de la primera encuesta nacional de lectura realizada en el país. Se trata de un esfuerzo del INEI y el Ministerio de Cultura con base en un estudio llevado a cabo entre setiembre y diciembre del año pasado. Como se podrá suponer, da información bastante interesante y, en muchos casos, reveladora. Voy a consignar lo más significativo.

Primero, las generalidades. La encuesta se hizo en hogares de los 24 departamentos, prácticamente mita a mita entre hombres y mujeres. Casi un tercio de los entrevistados tenían menos de 17 años, y seis de cada diez de 17 a 64. El 10 % restante eran mayores de 64, por lo que quedaban fuera del estudio (no comprendo por qué, pero tendrán sus razones). De los adultos que participaron, 15,3 % declaró que, de niños, aprendieron a hablar en alguna lengua nativa. Cuatro de cada cien peruanos no sabe leer ni escribir, y es con el resto con el que se hizo el trabajo. Para terminar con las características de los consultados, 72,1 % se autodefine como blanco o mestizo; 19,3 % indígena u originario; y 3,5 %, afroperuano. Queda un 5 % que, me imagino, se ve de otras maneras.

En general, los adultos alfabetos leen (libros, diarios, contenido digital): casi 94 % a nivel urbano y poco más de 83 % en zonas rurales, por igual hombres y mujeres. La mayoría de quienes no leyeron fue por falta de tiempo, y poco más de un tercio confesó que no tenía interés. 

De los lectores, 58,3 % lo hace para estar informado, y 42,8 % por placer. Entre los primeros son más hombres que mujeres (63,3 versus 53,1 %), un dato que me parece decidor, lo mismo que este: más del doble de mujeres que de hombres dijo que leía para apoyar las tareas escolares de sus hijos (34,1 y 15,6 %, respectivamente).

Ahora bien, si se piensa que los ‘lectores’ consumen libros, pues no principalmente: de estos, 82,7 % lee cosas que van de Facebook a documentos de trabajo. Libros el 47, 3%. De este porcentaje, y durante el año anterior, la mitad proviene de zonas urbanas, y un tercio de zonas rurales. Quienes tienen entre 18 y 29 años son los más lectores (58,9 %) y, los que ganan, son los que tienen formación universitaria (tres de cada cuatro). De los alfabetos que más leyeron, el 68,2 % pertenecen al ‘estrato alto’.

Según el informe, de los lectores de volúmenes impresos o digitales, el 42,1 % lo hizo más de una vez a la semana.

Quienes declararon que no leen libros dijeron que no lo hacen, sobre todo, por falta de tiempo (68,3 %). El porcentaje es mayor en las áreas rurales. El 44,8 % lo hace por placer, y el 33,3 % por estudio. 

Otro dato fuerte: en los 12 meses previos al estudio, los lectores de libros impresos o digitales que viven en ciudades son el 94, 3%, contra el 5,7 % que vive en el campo. Y la diferencia entre impresos y digitales se ha acortado también de forma importante (63,1 y 36,9 %).

A nivel nacional, los lectores peruanos consumen cuatro textos al año.

¿Y qué leen? El 36,3 %, literatura, seguido de un 31,1 % que consumió textos escolares o universitarios. 

68,5 % eligen un libro por el tema, 23,8 % por el título, 23,3 % por recomendación.

De toda la masa consultada, lectores y no lectores, la mitad consiguió un libro, comprado o gratuito, durante el año previo. Cinco de cada diez en las ciudades, y tres de cada diez en el campo. Tres de cada cuatro peruanos con educación superior lo hicieron.

Otro asunto para prestar atención, sobre todo aquellos que están en el rubro: de los paisanos que se hicieron de libros, seis de cada diez los compraron. Y entre estos, 64,6 % lo hicieron en una librería o tienda, mientras que el resto consiguió un texto pirata o fotocopiado. En promedio, los compradores gastaron 170 soles. Los hombres más que las mujeres (191 y 150 soles, respectivamente). En la ciudad se invierte el doble que en el campo (177 y 96 soles).

No voy a referirme a los hábitos relacionados a la prensa ni los contenidos digitales comprendidos en el estudio, pero sí a las bibliotecas. Atención, que es muy preocupante: apenas el 6,5 % de la población peruana pisó una y, como es de esperar (lamentablemente), fue un 7,2 en áreas urbanas contra un ínfimo 3,1 % en rurales. La mitad de quienes no fueron dijo que fue por falta de tiempo, y cuatro de cada diez porque no hay una cerca. El 12 % de la población recurrió a bibliotecas digitales.

El 42,7 % de los hogares declaró tener de uno a diez libros; el 40,5 % de 11 a 50; y el 11,9 % más, mientras que 4,8% de hogares no cuenta con ellos.

Estos son solo unos datos extraídos: el estudio es extenso y profuso en información que recomiendo revisar para referirse al tema con conocimiento de causa. Por cierto, también se incluyen datos comparativos con la región, y si bien las investigaciones no son iguales (por ejemplo, algunas operan solo en ámbitos urbanos), el resultado es penoso.

Ahora bien, me parece que estas encuestas deben revisarse tomando en cuenta cosas como que muchas veces la gente, por pudor, no dice toda la verdad a los entrevistadores, que no tiene la información tan clara, y así. Tampoco es para sencillamente lamentarlo, sino, más bien, para tratar de cambiar el panorama y promover con acciones concretas el acercamiento de los ciudadanos a la lectura. Más y mejores bibliotecas, políticas públicas modernas y eficientes de promoción, ediciones populares, entre otros, desde el Estado. Y, en el ámbito doméstico, el aprendizaje y la trasmisión de padres a hijos de que leer es lo opuesto al tedio: es libertad, fantasía, cultura e independencia de criterio.

Cierro con esta cita archiconocida del gigantesco Carl Sagan: “Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione”.


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2 comentarios

  1. Úrsula Ávila

    Estaba hablando con una amiga sobre los hábitos de lectura (que finalmente nos llevan a reflexionar) y llegamos a la conclusión que en general nos hace falta la curiosidad que es el motor que nos empuja a saber más. Sería interesante desarrollar un artículo sobre los motivos por los cuales los peruanos leemos tan poco

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