Recuerdos de una respuesTA 


Una reflexión sobre la incidencia en los bienes públicos globales


Recuerdo aquella vez cuando, como entrevistadora para la selección de becarios de la Comisión Fulbright, uno de los postulantes afirmó con convicción que su meta era trabajar en Naciones Unidas. El veía que esa era la manera de tener una incidencia real en los asuntos públicos. En ese momento quedé perpleja y siempre la pregunta me ha dado vueltas por la cabeza, hasta ahora, y pasaré a contarles por qué.

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer | ONU Mujeres (unwomen.org) —CSW por sus siglas en inglés— realiza en estos días su periodo anual de sesiones. Coincide en fechas con las actividades alrededor del Día Internacional de la Mujer. En paralelo a la conferencia ministerial, se llevan a cabo un conjunto importante de eventos que convoca a personas de todo el planeta, que provienen de diversos tipos de organizaciones de la sociedad civil, así como de las multilaterales, de los donantes y de los gobiernos. Solo como ejemplo, uno de los eventos paralelos discutió los beneficios de un enfoque de derechos humanos en la triada de género, innovación y fuerzas armadas. ¡Qué bien nos vendría haber participado como país en este panel!

Siendo el tema de género de naturaleza transversal a las actividades humanas, muchas veces suele ser pasado por alto o, peor aún, ridiculizado o minimizado. Es importante recordar que estamos a un par de años de que el Acuerdo y Plataforma de Acción firmada en Beijing en 1995 —Fourth World Conference on Women, Beijing 1995 (un.org)— cumpla tres décadas. Será un momento para evaluar cuánto se avanzó, así como sobre la sostenibilidad de esos avances en el reconocimiento y práctica de derechos iguales para todas y todos.

Volvamos al evento de este año. Debido al compromiso de la Asamblea General de Naciones Unidas para acordar un Pacto Digital Mundial | Oficina del Enviado del Secretario General para la Tecnología para setiembre de 2024, muchas de las actividades paralelas han tenido como tema los asuntos de género alrededor de la digitalización. 

Si los temas de digitalización son ya complejos de por sí, cuando agregamos los retos que enfrentamos las mujeres en general, y en particular las niñas, jóvenes y las adultas mayores, estos se agrandan y demandan miradas holísticas. Los grandes números como, por ejemplo, que en el planeta existan más terminales telefónicos móviles que personas, nos pueden desviar del foco de atención ya que, de la significativa proporción de desconectados, una parte importante se encuentra en el mundo en desarrollo y está constituido en su gran mayoría por mujeres de todas las edades. Les comparto solo un dato para ilustrar el reto: un hogar puede tener un solo terminal que es compartido por los miembros del grupo; así, la mujer que se queda en casa, a cargo de las labores de cuidado y reproducción, suele no tener acceso y, si tuviera, carece de privacidad cuando lo usa.

Con esta evidencia, ningún Pacto Digital Mundial podrá ocurrir sin la participación activa de las mujeres y esto necesita compromisos de políticas públicas, es decir, de recursos materiales al más alto nivel. La participación en la sociedad digital exige mucho de todos nosotros: desde conocer las oportunidades hasta hacer frente a los peligros y tomar decisiones informadas sobre los ámbitos en los cuales queremos ser parte y en aquellos que no. Nuestra seguridad en línea es crítica porque cuando el servicio es gratuito, nuestra información personal es el producto que está siendo transado a cambio.

Es aquí donde cerramos el círculo: sin esos compromisos internacionales al nivel más alto de una política que traduzca la firma del estado peruano, se hará todavía más complicado alcanzar la equidad de género en entornos digitales. Los acuerdos internacionales, como lo será el Pacto Digital Mundial que se espera sea firmado el próximo año durante el periodo regular anual de sesiones en setiembre 2024, será un bien público global: buscará beneficios para todas y todos y establecerá un conjunto de derechos cuya garantía tendremos cómo reclamar a nuestros gobiernos, sea cual sea su orientación política. Me queda clara recién la respuesta de aquel postulante, hoy un destacado profesional.


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