Conozcamos otra forma de celebrar estas fiestas
Hoy es el quinto día de Kwanzaa, y en él se nos invita a reflexionar sobre nuestro propósito, o Nia en swahili. Estoy hablando de uno de los principios que conforman la celebración de siete días creada en 1966 por el profesor estadounidense especializado en estudios africanos Maulana Karenga. Lo que Kwanzaa propone es centrar el pensamiento en nuestra comunidad con una serie de acciones entre cada 26 de diciembre y 1 de enero.
Durante la década de los 60, distintas comunidades a lo largo de Estados Unidos protestaban debido a las desigualdades en sus condiciones de vida y oportunidades. Una de ellas, la Rebelión de Watts en Los Ángeles, llevó al doctor Karenga a buscar formas de construir comunidad entre afroamericanos. Así, se dedicó a estudiar cómo se celebraban los primeros frutos de la cosecha a lo largo del continente africano.
Kwanzaa es resultado de una síntesis. Sus principios, símbolos y ceremonias recogen tradiciones de distintas comunidades africanas, como la cultura Zulu y la Yoruba. El nombre de la celebración proviene de la frase en swahili matunda ya kwanza, que significa “primeros frutos”. El swahili es una lengua panafricana que une a personas de distintos países: Burundi, Kenia, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda la tienen como uno de sus idiomas oficiales.
Cada familia puede celebrar a su manera a lo largo de siete noches. La idea principal es reunirse a conversar sobre uno de los principios llamados Nguzo Saba. A cada principio le corresponde una noche y están acompañados de siete símbolos. Los cultivos, la estera, el candelabro, el maíz, la copa, siete velas y los regalos son los elementos que caracterizan esta fiesta y cada uno de ellos está impregnado de un simbolismo que lleva a la reflexión.
El primer principio es la unidad –o umoja– en la familia, comunidad y la nación. El siguiente principio es la autodeterminación o kujichagulia. Ese día se discute la necesidad de definirnos, crearnos y hablar por nosotros mismos. El tercer día está dedicado al trabajo y responsabilidad colectivos –ujima–, porque construir una comunidad implica hacer nuestros los problemas de otros y resolverlos juntos. El cuarto principio gira alrededor de la economía cooperativa –ujamaa–, para mantener los negocios de la comunidad y beneficiarnos colectivamente.
El principio seis habla de la creatividad –kuumba–, hacer lo posible por dejar nuestra comunidad más bella y beneficiosa de como la heredamos. Finalmente, con la llegada del nuevo año, se festeja la fe, o imani. Esta es una fe secular, enfocada en creer en nuestra gente, nuestros padres y madres, maestros y maestras, y quienes nos lideran.
He dejado para el final el quinto principio: Nia o propósito. La Kwanzaa nos invita a conmemorar la posibilidad de convertir en nuestra vocación la construcción y desarrollo de nuestras comunidades.
Es un mensaje directo a nuestra experiencia actual.
Cuando el doctor Karenga construyó meticulosamente estos principios, tenía en mente a un grupo de personas asediadas y marginadas por condiciones impuestas. Kwanzaa convierte los límites creados por otros en la oportunidad de construir una comunidad hacia adentro. Con los principios que celebran la primera cosecha, la comunidad se fortalece; es capaz de irradiar sus valores y trascender las barreras raciales ficticias.
Kwanzaa es, en efecto, una celebración creada y practicada por afroamericanos para afrontar las injusticias que aún perduran. Para lograrlo, recurre a la magia que la comunidad y las acciones colectivas son capaces de crear. El propósito de construir y desarrollar esa comunidad no es un beneficio exclusivo para las y los afroamericanos: es una perspectiva generosa para quienes hoy ven pocas esperanzas de un mundo mejor.
Con el inicio del nuevo año, no voy a invitarles a celebrar Kwanzaa, pero sí a reflexionar en su propósito comunitario. Entramos al tercer año pandémico. Aunque parece que ya nos acostumbramos, muchas cosas han cambiado. La magia de lo colectivo tal vez sea una clave para afrontar lo que ha pasado y lo que queda por venir.
En la semana que paso pude celebrar Kwanzaa por primera vez, aunque no todos querían participar y andaba con roche porque llegaron visitas inesperadas; pude lograr lo que quería: mostrar que los afros construimos comunidad desde siempre!