El COVID Búmeran


Un primer “contagio” que recuerda que el coronavirus no deja de sorprender


Hace unas semanas me dio COVID por “primera vez”. Como todos, asumo que no era la primera, sino la primera vez que me dio algunos de los síntomas asociados al coronavirus. Y no he sido la única. Varios de mis conocidos que aún se creían invictos del coronavirus han compartido la experiencia de tener síntomas por primera vez, confirmándose que, aunque hemos dejado de preocuparnos constantemente por el coronavirus, este sigue entre nosotros.

Los síntomas iniciales solo duraron un día, durante el cual el dolor de garganta me impedía comer o hablar y en el que el dolor de cuerpo me llevó directo a la cama. Muchos reconocerán estos síntomas, puesto que son de los más comunes entre los causados por las últimas variantes en circulación. Sin embargo, después de una semana, volví a tener molestias, como tos y mocos. Entre tanto me hice una prueba casera y luego una PCR para confirmar que me había contagiado. Y aquí viene lo interesante. En los últimos tres años me he hecho múltiples pruebas de coronavirus, sin embargo, era la primera vez que una prueba PCR me daba positiva, por lo que no sabía que me llamarían de la Agencia de Salud de Georgia, el estado donde vivo, para hacerme seguimiento. 

La llamada duró unos 30 minutos y me hicieron una serie de preguntas sobre los síntomas: cuándo había recibido las vacunas, mis contactos cercanos, etc. Las preguntas me parecían las esperadas, hasta que la doctora me preguntó si había tenido síntomas unos días para luego sentirme bien y, después, volver a tener malestares. Le respondí que sí, y que por qué me preguntaba eso. La especialista me respondió que en estos meses del año estaban observando un mayor número de casos que presentaban síntomas en dos momentos diferentes. 

Para confirmar que esto no era solo una “anecdata” —es decir, evidencia basada en anécdota—, empecé a buscar sobre por qué se dan estos casos. Primero, el nombre correcto es COVID Rebound o COVID Búmeran, ya que uno tiene unos síntomas iniciales que se extinguen, pero que luego regresan. No se sabe exactamente por qué sucede esto y a quiénes, pero se cree que la respuesta esté en nuestro sistema inmune que ha sido entrenado por las vacunas e infecciones previas. Se cree que ante una infección de coronavirus, nuestro sistema responde de manera intensa, provocándonos un cansancio que nos obliga a llevarnos a la cama a descansar, junto con una inflamación de garganta que intenta neutralizar el virus. Después de este incendio, que es nuestra primera respuesta inmune, el virus continua su curso y los síntomas dejan de ser tan intensos, pero nuestro cuerpo sigue neutralizando al virus. 

Las primeras alertas del COVID Búmeran no provenían de pacientes asombrados por tener un COVID que desaparecía y volvía, sino más bien de unos casos que causaron una mayor alerta. Hace unos meses se empezó a observar una reaparición de COVID en pacientes que recibían el tratamiento Paxlovid. Este medicamento resulta de la combinación de antivirales y es administrado en ciertos países, como Estados Unidos. Algunos pacientes con este tratamiento presentaron mejoras, para luego volver a presentar síntomas de coronavirus, incluso tras una prueba negativa. Ante este fenómeno, varias voces en internet empezaron a cuestionar si el medicamento causaba COVID en lugar de curarlo. Aunque no había evidencia para concluir esto, las anécdotas de pacientes que recaían continúan aumentando la desinformación. 

Para entender qué estaba sucediendo con estos pacientes, se llevaron a cabo diversos estudios. Algunos solo con grupos pequeños de pacientes, puesto que el medicamento no es de uso extendido. Los resultados muestran que en ciertos pacientes sí se ve el resurgimiento del COVID, pero no necesariamente por el medicamento, sino por cómo responde el sistema inmune al COVID. Además, se conoció que el COVID Búmeran no es exclusivo de pacientes con este medicamento, se observa también en quienes no lo reciben, llegándose a identificar hasta un 10 % de pacientes con COVID que experimentan una vuelta de los síntomas. 

Es probable que la mayoría de las personas que experimentamos el COVID Búmeran luego lo superemos sin ningún problema. Sin embargo, esto no previene que se informe sobre esta y otras manifestaciones del COVID. Con la aparición de nuevas variantes y el avance de las vacunas, las manifestaciones de la enfermedad cambian y es mejor tener a una población mejor informada. Por ejemplo, ante la aparición de síntomas, muchos se han preocupado de que el COVID Búmeran sea un COVID largo, aquella condición que afecta de forma prolongada a algunos pacientes de coronavirus, pero que continúa sin investigarse a detalle. Sin embargo, no hay evidencia para asociar a ambas enfermedades. También hay otros, que sin conocer las particulares del COVID Búmeran, desconfían de una primera prueba negativa y se hacen dos pruebas de descarte, para confirmar con una segunda prueba que realmente sí estaban contagiados. 

Finalmente, con COVID Búmeran o no, experimentar COVID por primera vez no deja de ser una experiencia para la reflexión. Algo que muchos podemos contar como una enfermedad que dura solo unos días o semanas, sigue siendo algo que afecta a muchas personas de forma grave y constante. También nos lleva a recordarnos hace dos o tres años, cuando vivíamos aterrados —y con razón— ante la posibilidad de contagiarnos de COVID, o porque alguien cercano se contagiara cuando no existía protección de ningún tipo y la información era escasa. Ahora solo pedimos que el COVID no sea realmente un búmeran y que se abstenga de volvernos a visitar en temporada de fiestas. 


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