(Des)Orden internacional


¿Qué está en juego en el conflicto Ucrania/Rusia?


Decir que el orden internacional está en crisis, o que uno nuevo se está gestando, es asumir que existe algo parecido a un orden entre las naciones alrededor del mundo. Aunque la cobertura del conflicto entre Rusia y Ucrania ha recurrido a este concepto como un consenso, desde la perspectiva de las relaciones internacionales la existencia de un orden internacional depende de a quién se le pregunte. Un intento por definir este concepto, a veces escurridizo, puede ayudar a comprender qué está en juego en esta guerra y cómo puede impactar a personas a miles de kilómetros de distancia. 

La idea de orden internacional fue planteada en 1977 por Hedley Bull, un académico internacionalista australiano. Se trataba de las “diversas transformaciones que se producen en el ámbito de las normas y los acuerdos entre las grandes potencias y que rigen el sistema internacional”[1]. Este último, el sistema internacional, está conformado por los países grandes y pequeños que coexisten en el mundo, así como las organizaciones internacionales y otros actores. La definición de Bull, por otro lado, proponía una diferenciación entre las partes: eran las grandes potencias, no cualquier país, quienes determinaban las reglas del sistema. 

Tal línea argumentativa puede llevarnos a preguntar qué sucede con aquellos estados que no son grandes potencias; es decir, aquellos que no destacan por su poder económico o militar. Tienen como opciones seguir el orden, encontrar un rol alterno o hacer crecer su poder para ganar la capacidad de cambiar las reglas. La fragilidad del orden reside en un delicado balance entre obedecer y resistir. Teóricamente, cuando los países siguen las reglas existe paz; cuando los países deciden resistir, puede haber conflicto. Como Bull sugirió en un primer momento, el orden internacional surge en las transformaciones. Es, por naturaleza, variable. 

En otra definición, la de Juan José Palacios, se mantiene a las potencias dominantes como centrales para ese orden. Los acuerdos entre ellas, explícitos o tácitos, asignan roles y entablan principios, leyes e instituciones para ellas y todos los actores que participan en la escena global durante un periodo determinado[2]. Quiénes son las potencias dominantes se determina según su poderío militar, tecnológico y económico. Los órdenes internacionales, dice Palacios, surgen luego de una “conflagración mayor”. La perturbación violenta entre naciones suele ocasionar el fin y origen de distintas formas de organizar los países. 

Como es posible notar, se trata de un equilibrio frágil que no logra sostenerse. El mundo ha vivido pocos días en paz absoluta. Si bien los conflictos entre estados disminuyeron considerablemente en los últimos años, el conflicto que hoy observamos se remonta a un tipo de conflicto que se creía desterrado: el enfrentamiento en tierras europeas. No solo está en juego quién es el país más poderoso del mundo, también están en juego las reglas que permiten la coexistencia en él, como el respeto por la soberanía de un país y el principio del no uso de la fuerza. 

Como compartió Oscar Vidarte en Jugo de Caigua este lunes, el actual conflicto armado en Ucrania es el desenlace de una crisis que data del fin de la Guerra Fría. Los paralelos en la historia, que mostró Natalia Sobrevilla en un artículo previo, resaltan las continuidades en el balance de poderes entre países. El conflicto está enraizado en la lucha por quién es el más fuerte y quién logra imponerse. En el camino, miles de vidas perecen. El orden internacional, en teoría, sienta las bases para la cohabitación pacífica en el mundo. El ideal se construye sobre los acuerdos entre las potencias dominantes victoriosas en conflictos previos. Si el conflicto es la condición a priori para el orden, ¿existe una forma de coexistencia global que no implique la guerra ni la muerte? Ojalá que sí. 


[1] Fabián Novak y Sandra Namihas exploran este punto a profundidad en su libro Tiempos de Transición. La conformación de un nuevo orden internacional (2019).

[2] Juan José Palacios (2011) El orden mundial a inicios del siglo XXI: orígenes, caracterización y perspectivas futuras.

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