Qué fácil es opinar estando adentro


Cuando los pillos de poca monta caen en las grandes ligas


Enrique Prochazka es narrador, experto en políticas públicas, inventor y montañista. Estudió Filosofía y Antropología en la PUCP y Arquitectura en la URP. Ha sido Secretario de Planificación Estratégica del Ministerio de Educación, Secretario General de MININTER y miembro del Consejo Superior del Deporte. En Hispanoamérica es considerado un escritor de culto. Vive en Estocolmo.


Como todo peruano que vive en el extranjero, allá afuera recibo mi sobredosis de comentarios que desprecian las opiniones sociales o políticas acerca del Perú que vertemos los migrados. Dar contra a esta tendencia narcicista es ocioso e inútil, pero aprovecharé mi mes de visita al terruño –transcurrido entre las localidades de Barranco, Tupicocha, Canchacalla, Villa El Salvador, Maras, Miraflores, Urubamba, Huayoccari y Surquillo– para acceder a la supuesta dificultad o facilidad de opinar desde adentro. 

No voté en estas elecciones. Sí dije que era preferible un conjunto de mafias pequeñas y desorganizadas a una grande y ya experta. Medio año más tarde no siento que me haya equivocado en ese juicio, pero vale actualizarlo y afinarlo.

El Perú está siendo gobernado como una UGEL, una Unidad de Gestión Educativa Local. Una mal gestionada y corrupta, desde luego. También podría tratarse de una Red de Salud con malos manejos, o del esquema de mañoserías municipales típicamente instaladas en una provincia chica o en un distrito grande. Sucede que tal es la escala donde las “pequeñas” experiencias de corrupción –oferta de puestos de trabajo a cambio de favores sexuales, venta de CAS, colusiones y nepotismos, contratitos amañados, intercambio de favores– pueden pasar desapercibidas por los distintos mecanismos de fiscalización. Contraloría queda demasiado lejos; la radio local es cooptada y el único periodista que levanta la voz solitaria es amenazado o silenciado a la mala.

Como se ha relatado muchas veces, durante las vacas flacas de los 90 el MEF hizo un vasto esfuerzo regulatorio para hacer difícil el gasto; la poquísima inversión se dirigía a levantar el PBI, o nada. Cuando nos fue mejor en la recaudación, obligado además por un modelo descentralizador populista, el MEF optó por deshacerse de gran parte de la responsabilidad del gasto directo, asignándolo a regiones malamente capacitadas para gastar e invertir con eficacia. Naturalmente, trató de exportar hacia abajo los estrictos candados del presupuesto nacional, en la forma de partidas protegidas y restricciones y plazos de movimiento de fondos entre ellas: pero esta ferocidad top-down nunca llegó muy abajo en la pirámide; se agotó en las gerencias regionales. El resultado es que robar dinero público –o beneficiarse en lo privado de su circulación– siempre ha sido más sencillo en las instancias más bajas de la jerarquía, donde la fiscalización de gasto público apenas existe. 

Lo notorio es que en las UGEL o municipalidades del interior estos manejos “desapercibidos” por la flacura fiscalizadora central NO son vistas como corrupción, ni por la población en general ni por los protagonistas. Como colectividad (y como individuos que acceden a los cargos), han crecido bajo la égida de un sistema de turnosque, a mi entender, hunde raíces en nuestra distribución ancestral del poder, basada en rondas de encargaturas, padrinazgos temporales, etc.: pero ese es otro tema. 

Se ha escrito mucho acerca de cómo la debilidad de nuestro sistema de partidos hizo que la contienda política a escala local sea poco más que un tira y afloja entre banderías dedicadas al hurto menor y, más recientemente, entre intereses de lavado de dinero ilegal. Pero el éxito de un emprendimiento incita a su expansión: en ese paraíso emprendedor que es el Perú, las mafias locales crecieron a regionales pero allí (en Ancash, por ejemplo) empezaron a ser más visibles para el control, a rozar con el MEF, Contraloría, fiscalías anticorrupción, etc. Los Dinámicos del Centro es apenas el más conocido entre varios de estos grupos a los que les ajusta el saco regional: sus torpezas no funcionan a esta escala, los conducen a la cárcel. 

Pero ahora se han sacado la extraña lotería que aquí llamamos “elecciones generales”, y han aprovechado esta oportunidad impensada y súbita para huir hacia arriba: para apoderarse de la ejecución sectorial –ya que no parecen poder tomar directamente el MEF– e intentar establecer un cleptoestado. Por ahora nos salva, como es evidente, su completa ineptitud para la tarea, su escaso entendimiento de la escala. Ministros que piden 15.600 soles de sueldo para su asistente de despacho –con la idea de sacudirlo bocaabajo– y se sorprenden de que su propia oficina de presupuesto no lo permita; viceministros que, como hacían hace un año en el sótano de la UGEL, piden un almuercito a cambio de firmar una conformidad. Bruno Pacheco y el “arracimado” Condori son jugadores de este pobre nivel. Sin embargo, este berenjenal está afianzando un gran número de pistas y operandi modi diferentes, a escalas e intensidades aún más diversas, algunas mucho más peligrosas. Porque está convocando al dinero grande: el MTC vuelve al mercado y el Congreso se ha alineado con el proyecto (vamos, ya era suyo: las universidades bamba no son sólo una estafa educativa, son las necesarias herramientas de lavado que los cárteles extrañan). Entre el cleptoestado y el narcoestado resta sólo una membrana delgada, porosa, y pegada con la babita de la prensa independiente.

Un final sombrío. No hay, en el millón doscientos ochenta y cinco mil doscientos quince kilómetros cuadrados de la superficie del Perú, actores o agentes capaces de cambiar esta espiral descendente, no digamos ya de alterar positivamente el rumbo de nuestra colectividad sociopolítica. El horizonte temporal en el que existen nuevos agentes locales capaces de lograr esos efectos positivos es siempre “la próxima generación”, que desde luego está siendo educada por esta, y por la web. Esto no significa que el Perú no tenga solución: pero ahora sospecho que tendrá que venir del subsuelo, del espacio, o de afuera. De adentro, me temo que ya no.

47 comentarios

  1. Lucho Amaya

    Permiso para decir, respetuosamente, lo siguiente:
    1. Pienso que ya no corresponde decir que nuestro voto fue el mejor o el menos malo (yo voté por Keiko). Vivimos una realidad y sobre esta realidad debemos enfocarnos o centrarnos.
    2. La solución a la crisis permanente en que vivimos vendrá no sabe de dónde pero no de adentro presume, y por la razón que expone (quién educa a la «próxima generación»)… Y si, es todo un tema eso, es el tema crítico en verdad; sin embargo no todo está podrido, no todos estamos podridos (estemos adentro o afuera)… Cómo hacer para darle impulso a ese sector (menor, honrado, eficiente) o para que ese sector (menor, honrado, eficiente) tome impulso por si mismo (adentro o afuera)… Y me despido, porque he empezado a divagar.
    Saludos

    • Completamente de acuerdo con 1); sin embargo, repito que el hecho de no haber votado me privó o alivió de las peores partes del dilema ético. En cuanto a 2), no alcanzo a presumir que «todo esté podrido», lo que afirmo es que las fuerzas incólumes no suman lo que hace falta, o bien carecen del punto de aplicación de la palanca moral para mover la maquinaria política (en el mejor sentido) en una dirección aprobada por todos.

      • Lucho Amaya

        Gracias por su atención.
        Regreso para decir que de ser Keiko quien mandara, la situación de caos no sería distinta a la actual, lo creo; y porque las, todavía vírgenes (desde el conocimiento social) fuerzas de Castllo_Cerrón a las que se agregarían, exitadas, las de Verónica, caviares, y demás rojos y rosados, y con razón o sin razón, estuvieran haciendo hasta lo imposible por vacarla, y en todo el territorio nacional, y con muertos y heridos… y en nombre del «pueblo»… que es lo que dirían los vírgenes.
        Aparte, ha hecho alusión, en otra respuesta, a mi compañero Alan García, bueno, yo discrepo con su apreciación sobre él.
        Otro saludo y gracias nuevamente por su atención.

      • Muy buen enfoque. Pero me queda pendiente un vacío que es una pregunta, Ahora, como no hay donde correr, ni hacia afuera, ni hacia adentro, ni a Lima, ni a las regiones , sólo queda volver la mirada hacia lo que se denomina «la promesa de la República liberal, agregando, democrática y con cohesion e integración social». Y he aquí la pregunta: ¿Que sectores sociales, colectivos políticod, gremios o movimientos sociales? ¿Qué derecha o ultraderecha, que izquierda no ultra, porsupuesto, los «caviares», anatemizados, adjetivados por la ultra de supuesta posición políticamente correcta, el centro político, nido de transfugas y francotiradores, etc? O, ¿se require la construcción de un gran frente político nacional con bandera de programa mínimo para conducir y sacar al país del «laberinto de la política peruana»?

  2. Soy belga de nacionalidad,y peruano desde noviembre 2020 por matrimonio, pero sobre todo porque amo y trabajo en este bello país desde hace más de 20 años. No he podido votar ya que al recibir mi DNI ya se había cerrado el padrón electoral. Me tocará las elecciones municipales, Barranco donde hay más de 10 candidatos que se presentan o se representan por un segundo periodo desde que haya descansado 4 años, para volver a «dirigir» el distrito, y sobre todo ganar plata. No pude votar por las presidenciales, pero si hubiera podido, de ninguna manera hubiera votado por Keiko, por la mafia, por principio ético. Tampoco había pensado en votar por Castillo. Como la mayoría de las veces, no votamos por uno sino contra de otro, simplemente porque no se presentan (o muy muy pocos) los políticos honestos, que trabajan por el pueblo y no por sus intereses personales. Amo a Perú, y nunca me iré de este país. Confío que las cosas pueden cambiar aunque es difícil, complicado. La sociedad civil debe reaccionar, de dejarse pisar, pero sin destruir lo bueno que ya se ha construido. Nuestra única arma de combate debe ser nuestra voz, el diálogo, exigiendo que nos escuchen. Me encanto el artículo. Gracias

    • Diana Lorena

      Muy certero y desalentador a la vez… en verdad no hay manera de realizar (o crear) algo que a largo plazo pueda generar una “ dirección aprobada por todos”.
      Aún tengo esperanza. Gracias por tu dosis de realidad Enrique.

  3. Rosa María Palacios

    Que buena lectura de lo que esta pasando. La comparto plenamente porque veo lo mismo. Gracias.

    • Hola Rosa María. Gracias por compartir. Quizá nos hallamos en un parteaguas: las viejas (y no tan viejas) costumbres y formas del análisis político parecían imparables en su ánimo de hallar extrañas formas de esperanza en «las generaciones futuras», las «fuerzas vivas», o un renovado «sistema de partidos (para no hablar de la reforma judicial, que existe desde que nací)… mientras que en las semanas recientes estoy escuchando más y más voces, que apenas he intentado recoger aquí arriba, que piensan que esos son espejismos que nos distraen de una tarea de escala mayor, y que hay que empezar a discutir muy en serio.

  4. Roberto Jimenez

    Es por eso que pienso en la teoría del caos – o el modelo de redes – donde cada (nodo) es lo que describes como poder distritos o regional o central – y cada una de sus interacciones/ pueden ser entendidas como (fuerte – mediana o pobre) y así dar énfasis a dar mayor cabida de desarrollo a esos nodos – pero dependiendo que tan fuerte son sus Interacciones- esto explica – porque estando en (crisis) los nodos centrales – lo restante mantiene sus interacciones como si nada pasase – y reflejado en los indicadores económicos actuales – al final pienso qué hay mucho que hacer – pero tampoco tratar de cambiar esta red de interacciones

    • Hola Roberto. Qué interesante. Pienso que formas muy elaboradas de esta herramienta que esbozas realmente podrían ser de ayuda para el manejo de nuestra re pública. De hecho, esa es una de las «soluciones» que podrían venir de afuera: un poco de inteligencia. No me importa si artificial.

  5. Oscar Rivera

    Coincido con la simpática comparación con una Ugel, pero ojalá fuera sólo el problema… sucede que hay uno mayor que es la implantación del Comunismo en el Peru por intereses internacionales como son el Acuerdo de São Paulo y el de Mexico

    • Hola Óscar. Coincido en que hay intereses internacionales que intentan afectar el destino del Perú, pero si los comparo con los intereses nacionales realmente existentes -la suma de fuentes de dinero ilegal- que además se suman a lo peorcito de afuera, encuentro largamente preferibles a los primeros. Porque el músculo del Acuerdo de Sao Paulo es semejante al de los Protocolos de los Sabios de Sión; y más en serio, porque prefiero la inteligencia de un colectivo de naciones efectivas y con un proyecto consolidado en torno a la idea de democracia (Nueva Zelandia, los países escandinavos, Holanda, Alemania, Japón..) que la continua y progresivamente irremediable estupidez de la política local.

    • Julio Gianella

      Tenemos una juventud que ha permanecido en los últimos 20 años aislada del acontecer político, más ocupada en sus actividades profesionales o laborales, que supo aprovechar los buenos años de crecimiento económico. Esta juventud ha sido poco contaminada por la corrupción y hace 2 años tuvo una sorprendente reacción legítima que logró derrocar al intruso Merino y colocar a un peruano honesto de una generación anterior. Pero actualmente está juventud está políticamente apagada, sigue viviendo en piloto automático. Será posible que en un futuro cercano tome acción política? Podríamos esperar un cambio moral por simple relevo generacional?

  6. Wenceslao Alfageme Quiros

    1.- La solución es muy sencilla , simplemente seguir el ejemplo de Singapur. 2.- Exigir a las personas que deseen tener cargos con responsabilidad en él gobierno condiciones idóneas a su cargo 3.- Los profesores y maestros tienen que tener los conocimientos y ser evaluados adecuadamente de otro modo tendremos un burro educando a 3o niños y como resultado 31 personas que no podrán aprender absolutamente nada Hay que tener presente que el futuro que se avecina será n época del conocimiento y la tecnología y estos pobres alumnos y profesores siguen pensando como hace 60! Años atrás;3.-Control de natalidad 4.- Mejora de la infraestructura del país en todos los sectores

    • Si la solución fuera «muy sencilla», nuestro «sencillo» electorado hace tiempo la hubiera encontrado. Me temo que no es sencilla. Por ejemplo, para aplicar tu punto 2) hace falta que las personas que NO tienen condiciones idóneas pero que hoy detentan el cargo ejecuten la norma y dejen el cargo. Ningún pillo se suicida laboralmente de esa manera. Bueno, hubo uno, grandote.

  7. Proceso Constituyente

    El continente peruano es un reto mayor.

  8. Pier Paolo Marzo Rodríguez

    Muy lúcido, gracias.
    Sólo que la respuesta sí puede salir desde adentro: somos muchos los que conocemos el modus operandi descrito y que lo consideramos dañino para la gente.
    De la conciencia individual difundida ya hay señas del inicio de una conciencia colectiva.
    Las fotos de ayer de los congresistas de Perú Libre abrazándose con los del golpismo unido, han dejado la imagen de que ha de construirse fuerzas políticas ajenas a las hoy hegemónicas, donde participe ese resto marginado de la «tregua» y los muchos interesados en un orden más beneficioso a la sociedad

    • Mi texto no sugiere que esas fuerzas no existan. Lo que apunto es que no alcanzan: porque hemos dejado todos (o casi todos) los controles del estado en las manos equivocadas, y ahora les pedimos que dirijan el país a donde ellos no quieren llevarlo. La reforma política depende de los reformados. Una Asamblea Constituyente estaría compuesta por representantes de estas mismas mafias. Una reforma judicial manejada por asalariados de los cárteles. Una prensa transigente con el Club de la Construcción, por decir lo menos. El ciudadano honrado, que lo hay (yo no soy uno, yo pagué una pequeña coima la semana pasada) no tiene talla para luchar contra tales monstruos.

  9. Nancy Estrada

    interesante análisis, sin embargo, la corrupción no es exclusividad de los niveles subnacionales, también existe en la escala nacional.

    • Nancy: desde luego. Y tiene el músculo suficiente como para esquivar los controles de los que hablo, como hemos visto en el lustro pasado. A ella me refiero con lo de la plata grande, que viene a aliarse y sumarse al berenjenal de más abajo. De hecho, la presencia de Castillo et al. en Palacio, en lugar de la de Keiko, todo lo que hace es darnos un respiro mientras los ratoncitos aprenden a ser lobos. Hay que actuar.

  10. Eva Mendoza

    Fuerte lo que escribe y lo suscribo. No solo no existen actores políticos para frenar este desmadre, sino que no se ve una gran ciudadanía indignada como lo fue en la época de Merino y por ende, es permisiva. toca esperar por un milagro. Terrible

    • Eva, con parecerme admirable la movilización que derribó a Merino, si la hubiera ahora todavía me parecería insuficiente para la tarea, bastante gigantesca, de rebootear el Perú. Apagarlo, y reiniciarlo.

  11. Javier Núñez Melgar

    Ciertamente se hace más discutible la elección de un gobierno de mafias incipientes sobre mafias experimentadas hablando del actual gobierno y el que hubiera sido de FP si se considera el aspecto económico, el daño ocasionado por este gobierno rebasa cualquier empeoramiento del ya desvencijado caudal de virtudes sociales de nuestro país que hubiese sido promovido por FP creo yo, creo que vamos peor que si hubiésemos tenido el gobierno alternativo; sin embargo, nuestra tarea hoy es recuperar métodos, procesos y leyes que limiten el acceso al poder de corruptos por un lado, la permanente lucha por la mejora en la educación no ideologizada por la izquierda progresista y la exigencia por la profesionalización de todos los trabajadores del estado.

    • Javier, a lo más que se puede llegar en este dilema es a un empate: tu capacidad de asegurar el futuro alternativo es exactamete igual que mi capacidad de asegurar el futuro alternativo. Las dos son absolutamente nulas. Dicho eso, creo que es tarde para «recuperar» métodos, procesos y leyes pensadas para un momento diferente de una república fundada bajo premisas distintas a las de la realidad. Hay que pensar qué futuros son posibles, evitar los perjudiciales y favorecer los preferibles. No podemos seguir manejando el armatoste nacional con el ojo puesto en el espejo retrovisor.

      • Juan Q.

        Estimado señor Prochazka. Muchas gracias por su artículo y sobre todo por su sinceridad. Se nota que usted quiere al Perú. Sin embargo, coincido con lo expuesto por Javier Núñez. No es una cuestión de asegurar un futuro alternativo (tarea ociosa) ni aquel afán de decir «te lo dije» que tienen algunos. Me parece que sí debemos exponer aquellas razones por las que algunos pensamos que la votación alternativa era la más sensata, así mostramos y dialogamos sobre otros elementos que hay que considerar para votaciones futuras. Al final de cuentas usted mismo señala: «Sí dije que era preferible un conjunto de mafias pequeñas y desorganizadas a una grande y ya experta. Medio año más tarde no siento que me haya equivocado en ese juicio, pero vale actualizarlo y afinarlo.» En este caso usted está reafirmando un juicio que, si bien fue dado en determinado momento, inevitablemente considerara las consecuencias de hoy para su reafirmación, y por lo tanto toma en cuenta una realidad alternativa no dada. A modo telegráfico le expongo algunas de esas “otras” consideraciones: 1) Considero que, con mucha razón, distintos analistas políticos de izquierda y derecha han señalado que el principal partido político del Perú es el Antifujimorismo. ¿Se imagina qué hubiese pasado si alguien visitaba a Keiko y se perdían unas hojas del registro de visitas? Me parece que, por indignación nacional, la población hubiese salido a las calles a exigir un cambio, o una renuncia, y ello no hubiese parado hasta lograrlo. Evidentemente esta afirmación cae en la valorización de un mundo alternativo sin sustento alguno. A lo que voy es que también se debe poner en la balanza la reacción que uno considera que la ciudadanía tendrá ante una elección y no solo el tamaño de tal o cual mafia. Parece que a los peruanos no les importa que tengamos autoridades que roben. Lo único que les importa es que no sea Keiko. Hemos vivido escandalo tras escándalo en estos meses y nada. El Perú esta mudo. Para comprobar esto basta con ver la cantidad de colectivos que existen solo para evitar que Keiko gane una elección. 2) La data de cuánto íbamos a crecer o no con uno u otro gobierno era pública y elaborada por distintos actores económicos. Con uno se reducía la pobreza. Con el otro se estancaba. Es más fácil tener argumentos para no votar, viciar el voto, o votar por una persona por dignidad cuando uno no pasa hambre. 3) Probablemente el punto en el que más nos alejamos. Me parece que se realizó una exageración de la mafia de Keiko y una minimización de la de Castillo. Lo primero por años de diarios en contra (con noticias ciertas, pero también muchas falsas), lo segundo, por una idealización del hombre campesino. Como nota personal, siempre he votado en contra de Keiko, pero me pareció que en esta oportunidad el peligro de que gane Castillo era mayor. Sin perjuicio del detalle de mis consideraciones, que no viene al caso exponer ahora, lo más preocupante y que quiero resaltar dada su importancia para votaciones futuras, es que me topé con la triste realidad de que el peruano ha renunciado a reevaluar sus posturas, revisar noticias de distintos medios, conversar con especialistas, en fin, a dialogar con la intención de arribar a una postura más informada, más allá de las pasiones que nos mueven. Esto es gravísimo y lo he visto inclusive en profesionales con maestrías y doctorados, es decir, en aquellas personas que deberían moverse con un espíritu científico, de investigación y reevaluación en búsqueda de la “verdad”. Simplemente renunciaron a dialogar y cayeron al nivel de aquellos que viven en una burbuja ideológica. No quiero acabar sin agradecerle por su trabajo y para solicitarle que continúe con estas notas y análisis, desde el Perú o el extranjero. Necesitamos dialogo más que nunca.

        • No comparto la idea de que el priuncipakl partuido político del Perú sea el antifujimorismo, no importa mucho quién la sostenga. El principal partido político del Perú es el rentismo: la inacción como estrategia productiva, y la falta de compriomiso con el bienestar común. Bajo estas premisas, sí, mi cómputo (no del todo desinformado) de la alternativa bajo un escenario Keiko es que, con la prensa coordinada bajo intereses del gran capital y en control de ciertas instituciones claves, sacar a Keiko del sillonazo de Pizarro hubiera sido mucho más difícil.

  12. Cecilia Lazo

    Excelente artículo y tristemente todo cierto

    • Gracias. Qué pena tener acuerdos tan sombríos. Pero de ellos pueden surgir ideas nuevas. De los acuerdos luminosos y esperanzados no he visto salir mucho de bueno.

  13. Nancy Goyburo

    Qué buen artículo! Lo compartiré. Un diagnóstico real sobre la corrupción en sus diferentes formas y niveles, la débil reacción de la sociedad civil, el hecho de “ponernos en el balcón” y no hacer nada, acostumbrarnos al hecho de no saber diferenciar lo bueno de lo malo y, que se nos catapulte con esa frase del “yo robo menos”.

    No obstante, si confío en que es posible la construcción de una “élite” que “comande”, como refería Basadre:
    “La élite no es lo mismo que oligarquía. Esta representa un hecho económico-social; aquélla un fenómeno espiritual. Ser de élite no se hereda: se conquista. No basta sentirse élite: hay que probarlo y hacer que los demás lo comprendan y actúen en consecuencia, a veces sin darse cuenta de ello. Para formar élites no importa de dónde se procede: importa a dónde…se va o se quiere ir. No se forma una élite por acumulación de fortunas, camaradería de aula, identidad profesional, coincidencia de edad o costumbre de tertulia; se forma por analogía de sentimientos, actitudes, esperanzas, ensueños y sacrificios.”

    Por lo que leo en comentarios anteriores, hay muchos que sí podrían (mos) vincularlos a esa élite y evitar los extremismos ideológicos actuales.

    • Nancy, con lo muchísimo que estimo a Basadre (y gracias por la cita, que no conocía) en los pasados años me he topado con esta realidad: muy poco de lo escrito a propósito de los fundamentos de la política para los pasados miles de años se aplica a los próximos diez. El problema, los actores y las herramientas han cambiado. Es imprescindible actualizar el análisis, echar las viejas soluciones al tacho, y pensar desde cero.

  14. Soy peruana de nacimiento pero vivo en México desde hace 30 años y me nacionalicé. No quise votar. De hecho, solo voto en México desde que me nacionalice. Te quería felicitar por tu enfoque y tu mirada. Coincido en todo. Pero me preocupa (obviamente) lo que sigue. De esta ingobernabilidad, pasará de nuevo el país a manos de la mafia ya Archi conocida y al status quo anterior? Acabo de regresar de Lima. Encontré todo mucho mas polarizado que nunca. Enfin. Gracias por tu comentario. Saludos

  15. Rafo Leon

    Enrique, cuando se pega el salto de la Ugel a Palacio significa que se está logrando un nivel de representatividad en el poder como nunca antes se ha visto en nuestra historia. Y esa no es precisamente una buena noticia.

    • STEPHANE COUDASSOT

      Discrepo: este “Gobierno” no es producto de “un nivel de representatividad en el poder como nunca antes” sino de una violenta y perfectamente comprensible rabia (un país que casi cuadruplicó su PBI en 20 años y llega a “enfrentarse” al Covid con 250 camas UCI tiene un grave problema endógeno).
      Y el ranking de No1 mundial del país en muertos Covid por millones de habitante es directamente producto de esta catástrofe de gestión pública acumulada.

      Recuerden que en el Congreso anterior la primera “fuerza política” era la de los Ataucusis y que en la última ni pasaron la valla y no existen más como partido. Les va a pasar lo mismo a estos. No hay nada de fondo aquí. Salvo una manifestación más del proceso de “meltdown” del país. Eso si.

      Mas bien para regresar al punto de partida del artículo: y qué tal si se viera y pensara mejor el país desde afuera?
      Después de 25 años aquí tengo 2 afuera y la experiencia es notable…

      • Oscar Silva

        En primer quiero felicitar a todos autor y comentaristas opiniones valiosas que invitan al debate democrático y no facciosos y achorado como es frecuente en redes.
        Biden al asumir su cargo afirmó que la democracia USA estaba fragilizada, la nuestra está en UCI. Nos hemos visto en el trance de elegir entre dos opciones populistas autoritarias, enemigas de la democracia que tuvieron que firmar que iban a defender la democracia cada uno dos veces, el uno ante V. Mendoza y el padre Barreto y a la otra ante su marqués y ante Barreto. La una pisoteô los acuerdos al día siguiente de las elecciones, al otro le tomó unas semanas más

    • Rafo, el hecho de que tu sarcasmo no se comprenda ni siquiera aquí revela que hay mucha tarea por delante. Tenemos que hablar.

  16. Carlos Antonio Pais Ramírez

    Efectivamente; sin embargo, emerger de esta crisis se requiere de personas comprobadamente idóneas en la práctica de la axiología.

  17. Felipe

    Que bueno que vienes de vacaciones.
    Pero lo que piensan tu y tus pares en Estocolmo, me da lo mismo.

    Ya reflexionarás mejor, espero.
    Es más, rezo por qué eso ocurra.

    Imbécil pareces con estas opiniones.

    • Felipe, qué blancos fáciles ofreces. No vine de vacaciones, aunque sí que ha sido bueno venir. Está clarísimo que el pensamiento te da lo mismo. Yo también espero reflexionar mejor, pero para hacerlo hay que reflexionar primero, y antes incluso flexionar un tanto las ideas y los jugos de caigua. Rezar ayuda al creyente, desde luego, o quizá no; al que no ayuda es al que encontró que la hipótesis divina no le es necesaria. En cuanto a tu frase final: felizmente sólo lo parezco. Tú acabas de brindar -a mí y al resto de los lectores- una confesión completa y auténtica de tu propia condición.

  18. Carmen Rojas

    Excelente mirada! Siempre me pregunto si acaso lo único que nos queda es refundar el país, empezar de cero como Alemania en 1949 después de la Segunda Guerra Mundial sustentado en los aportes de la escuela de Friburgo que trabajó un nuevo orden político, social y jurídico.

  19. Lamentablemente el gran problema en el Perú es la corrupción, independientemente de los partidos políticos, de las clases sociales, de los grupos raciales. Y eso es lo que tenemos que combatir formando no un partido político sino un Grupo ciudadano que promueva los Valores como la Ética, la solidaridad, la justicia, el respeto y otros que permitan que nuestro país logre un Desarrollo Humano Sustentable. Por ello la Educación en Valores es fundamental a nivel de las Escuelas pero principalmente desde el Hogar. Por supuesto es una tarea que llevará su tiempo pero como dice el refrán: «El largo plazo comienza Hoy». Asumamos ese compromiso. Saludos

  20. julio cesar rios

    Excelente artículo, el ejemplo de la UGEL entidad clave del sector educación que expresa todos lo vicio del estado.
    La catástrofe social en que vivimos es la suma de todos los desencuentros , somos tantos y tan tercos

  21. Robeldo Saavedra Urday

    Hay que ser históricamente corto de miras para pretender culpar a la actual corrupción limeña o provinciana de todos los males en forma independiente de la élite racista, mercantilista, fascista y degenerada que nos gobierna durante 700 años, culpable ella principalmente de la pésima o nula educación, peor alimentación y salud de nuestra población; ahora para iniciar el cambio resulta necesario predicar con el ejemplo para iniciar una Segunda República con o sin nueva constitución, pero ello es por ahora imposible por las bandas de delincuentes llamados partidos políticos que controlan el sistema legal y electoral. Por cierto, gente honesta e integra hay en el Perú, por ella precisamente la delincuente Keiko no es presidente, esa es la única suerte del tal Castillo del Ocho. Punto.

  22. Anita

    No sé, los veo a todos tan inteligentes, tan metafóricos, tan cripto-golpistas que me aterran. El período presidencial dura cinco años, se debe cumplir la ley.

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