¿Por qué los simpatizantes de la vacancia no pueden ver sus enormes consecuencias?
La primera vez que sentí un puñete por estar desconectado de las mayorías de mi país tenía 21 años. Hasta entonces había pasado gran parte de mi vida en el redil mesocrático de una provincia, y no me costó adaptarme a su versión en Lima.
Yo creí que Vargas Llosa iba a ganar casi en primera vuelta ese 8 de abril de 1990.
Y lo creí, a pesar de que ya circulaban señales de que un japonesito que se paseaba en tractor había encontrado un turbo en las zonas marginadas. La segunda vuelta fue la confirmación del impresionante fenómeno Fujimori y, cabizbajo al día siguiente en mi oficina, incrédulo de que un desconocido hubiera triturado a un autor cuyos libros me habitaban, no me pareció risible enterarme de que la noche anterior un grupo de señoras de alcurnia hubiera acudido a las afueras de su casa para hacer una vigilia lacrimosa.
Yo, de alguna forma, era como ellas: la viuda de un sueño guillotinado.
Quizá desde entonces empecé a ponerle atención a las opiniones que recogían los taxistas, a hacer preguntas tímidas en vez de pontificar mis verdades, a leer las portadas de diarios antagonistas. Sería un soberbio imbécil si creyera tener una lectura panorámica de la realidad —ese Aleph borgiano sencillamente no existe—, pero creo que puedo darme cuenta si alguien está haciendo el ridículo debido a su cerramiento.
En estas semanas de crisis política han abundado estos casos.
Por ejemplo, el sábado 14 de noviembre El Comercio publicó un artículo de Fernando Rospigliosi titulado ‘Un gobierno razonable’, donde el autor opinaba que el flamante gabinete de Manuel Merino, liderado por Ántero Flores-Aráoz, le sería más útil al Perú que el anterior de Martín Vizcarra. Ese mismísimo día el Perú tuvo la manifestación más grande de su historia y, al día siguiente, Merino tuvo que dejar la presidencia. Tal artículo, como lo señaló con sorna Diego Salazar, didn´t age well.
El mismo domingo que Merino renunció a la presidencia usurpada, el programa de televisión Rey con Barba entrevistó a Flores-Aráoz, el primer ministro recién expulsado por las masas, y los conductores le dijeron que algún día el país reconocería la injusticia cometida con él. Notemos que dicho programa es conducido por dos varones camino a septuagenarios que siempre han vivido rodeados de poder. Y recién, el último jueves, cuatro magistrados del Tribunal Constitucional decidieron abstenerse de interpretar el célebre artículo de la incapacidad moral que hizo vacar a un Presidente, como si la última semana de furia en las calles no hubiera ocurrido: una bomba de tiempo que la mayoría del país quería ver con instrucciones seguras de uso.
Quizá convenga confesar que estas manifestaciones de desconexión me son particularmente fascinantes porque he convivido con ellas. El chico que arribó a Lima desde una mesocracia provinciana tuvo suerte: su trabajo solucionando problemas de comunicación le dio acceso a esferas muy diversas, desde las culturales hasta las de farándula, pasando por ONG, grandes corporaciones y cúpulas políticas, y fue en estas dos últimas donde empecé a conocer a varios conservadores privilegiados de la capital peruana. Parte de mi fascinación proviene de su apertura a creer mentiras y propagarlas —si es que no las fabrican ellos mismos— con tal de imponer su visión del mundo, tal como Trump hizo durante su presidencia. Cada cierto tiempo me encontraba con algunos en reuniones, como las sanisidrinas Lentejas de la Mona Jiménez —a ella la extraño, en verdad—, y era como ingresar en un invernadero donde se guarecen modales y creencias que se desfasan con el tiempo mientras, allá afuera, la sociedad cambia con velocidad de vértigo. No es nada nuevo: María Antonieta sugiriendo repartirle pasteles al vulgo es una caricatura que lo ilustra.
La psicología social detenta un término llamado ‘sesgo de grupo’ que tal vez explique este fenómeno: cuando las personas están en grupo toman decisiones respecto al riesgo de manera diferente de aquellos que están solos. Un hincha de fútbol que camina solito por la calle tal vez no se arriesgaría a lanzar arengas, pero en multitud sería muy probable que se vuelva violento. El riesgo, en el caso de los aquí aludidos, es haber agudizado mutuamente sus creencias hasta quedar en ridículo: cuando los extremistas se encuentran en un habitáculo cerrado —los algoritmos de las redes los arrean hasta allá en rebaño—, esos prejuicios que llevan, alimentados por su desconexión con otras realidades, se multiplican, se viralizan en esa misma burbuja encerrada y el resultado son magistrados que le dan la espalda al pueblo o primeros ministros apaleados que no pueden explicarse los fenómenos que pasaban ante sus narices. Y vaya si estos fenómenos fueron gigantescos: una reciente encuesta del IEP señala que el ¡94%! de los peruanos estuvo en contra del ascenso de Manuel Merino a la presidencia. Y que el 37% expresó su hartazgo en marchas, cacerolazos y arengas en redes: ocho millones de ciudadanos activos.
Por supuesto, hay causas que propician esta desconexión:
1. Crecer en un barrio resguardado.
2. Educarse en un colegio de pago.
3. Practicar deporte en un club privado.
4. Transportarse en auto propio, básicamente por siete distritos.
5. Carecer de padres o maestros que expandan tu mundo.
Quienes cumplan con estos requisitos —sobre todo el último— muy probablemente terminen algún día protagonizando un meme.
También es posible habitar este círculo míope si, a pesar de no haber crecido en un entorno cerrado y privilegiado, la inseguridad te lleva a buscar desesperadamente ser aceptado en él. En varios cócteles me he topado con ejemplos andantes de este arribismo.
Es más: quizá yo mismo haya estado en camino de ser uno de ellos.
Dios. Si algún día me golpeo la cabeza y resulta que me he convertido en eso que hoy llaman un viejo lesbiano, espero que también me desenchufen.
genial, me encantó; bebido mi jugo hasta la última gota…
Hasta la última gota t lo tomaste shinguenguencha
EXCELENTE ..
Excelente artículo, crítico y constructivo, me hizo recordar a Bruce y al mundo de Julius
¡Qué traviesa está la gente!
Muy bueno. En mi caso, mi encuentro con la realidad fue gracias a San Marcos, la universidad que, aparte de una profesión, me hizo conocer el país a través de las personas que fueron mis compañeros.
Muy clara descripción… Es cierto y muchos hemos estado cerca de convertirnos en estos zombies culturales. En mi caso, era muy tímido o m o para expresar mi parecer ante adultos; eso me llevó a escuchar de todo sin emitir juicios, y a la larga, a tener posiciones más equilibradas y certeras.
Estudie en la recoleta hasta el 80 y el 81 fui a San Marcos me cambio la vida
Excelente artículo. Me sentí identificada con la primera parte. Cuando perdió Vargas Llosa sentí que estaba en una dimensión desconocida, no entendía lo que pasaba, como que mi cuerpo lebitaba y veía la desgracia desde arriba. Yo estaba en la Universidad (la de Lima) y fui a clases vestida de luto, jajaj. Eso sí, jamás había oído hablar del jaoonesito.
Jugo de caigua para todos !
¡Con su linaza!
De acuerdo!! Cuanta gente ve la realidad con un velo oscuro y solo distingue lo que le conviene, o lo que es peor, no escucha ni ve, y solo repite de paporreta las mismas ideas torcidas de siempre.
muy bueno! pero “viejo lesbiano” tiene que dejar de usarse ya, no importa cuál sea la historia detrás del insulto
Querida, el tiempo dirá qué tan rápido cae en desuso.
Confieso que me hace gracia, pero ahora que te leo… se me apaga.
Un besote.
Excelente artículo, que difícil ver la realidad, si te circunscribes a tu pequeño entorno.
Permítame compartirlo, es genial!
Qué bueno, Margarita, muchísimas gracias por la lectura y el entusiasmo.
Desde hoy dejo el juego de naranja, el de caigua despeja más el cerebro. Un gran abrazo de este viejo NO lesbiano.
¡Fuerte abrazo, con su extracto de maca adicional!
Excelente artículo, representa un reto desconectar a alguien de su propia burbuja casi tan difícil como rescatar a alguien de la Matrix.
Lo que tienen en común los «desenchufados» como Antero, Rey, Blume, Sheput, Rospigliosi, Keiko, Luna. Merino, etc, es que son coetáneos políticos atrapados en su limbo de recuerdos nostalgicos del poder; nuestro sistema no permite una renovación política inmediata, solo se puede renovar con «revoluciones generacionales
espontáneas. Es importante darle más tribuna en medios a quienes ven más claro estos cambios. Te seguiré leyendo con gusto y atención Gustavo. Un abrazo
Muchísimas gracias, Walter.
Un gran abrazo.
Muy buen artículo
Te conocí hace muuuucho tiempo, cuando trabajaba en Epensa, área comercial cuyo gerente en ese entonces era Freddy Chirinos, vuelvo a tus lecturas gracias a Pamela Rodriguez, cambiaré de jugo definitivamente.
Lucy, qué tiempos, ¡muchas gracias!
Muy buen artículo la base de todo esto es el egocentrismo la incapacidad de ser empatico la falta de comunidad
Comparto totalmente lo que aquí comentas, considero que el sesgo de grupo es un poderoso elemento del comportamiento humano y tan útil cuando se busca lograr algo positivo (como en el caso de los marchantes).
Y sí, espero contar con suficientes personas que me aprecien lo suficiente, como para que me pongan cable a tierra si es que en algún momento estoy entrando en alguna «burbuja» sin percatarme de ello.
Muy interesante reflexión.
Mónica, muchas gracias por tu comentario.
Espero que se entienda también que el sesgo social se da en toda esfera, incluso entre los adversarios ideológicos de los conservadores aquí retratados.
¡Cable a tierra, como dices!
Me encanto! Debo reconocer que mis hijos cumplen todas las condiciones de desconexión menos uno: soy educadora y provengo de padre provinciano. Y siempre que veo necesario les ajusto al cable para que no pierdan la conexión a nuestra realidad. Gracias !
Interesante reflexión. Aplica también al sector empresarial donde muchos gerentes ‘entusiastas’ quieren convencer al personal que su producto es un ‘auto’ cuando todos ven una bicicleta. Es el ‘terruqueo’ a quien no piensa como ellos.
Ralph, es verdad. El terruqueo simbólico debería ser otro artículo.
¡Un abrazo!
No olvides a los desconectados de los medios, que minimizaban las marchas e invocaban a la calma, mientras entrevistaban a miembros y simpatizantes de la Coordinadora de Viejos Lesbianos. Su desconexión es además intencional e interesada, vergonzosa
Sí, el factor cinismo no puede dejarse de lado tampoco.
Un abrazo.
totalmente de acuerdo !!
comparto tus pensamientos !!
Gracias Gustavo ¿Son, tal vez, las universidades las llamadas a romper el cascarón de los pollitos que serán los viejos lesbianos del futuro? Por algún lado tiene que romperse la cadena; pero ¿por dónde?
Hola, Cristina.
Cualquier maestro que expanda el mundo, sea desde la casa, el colegio, la universidad o el trabajo, ayuda a resquebrajar ese círculo.
Imagino, eso sí, que mientras más pequeños, mejor.
Tal vez la universidad nos encuentre con los prejuicios ya algo solidificados.
Un abrazo.
De lo mejor que he leído en mucho tiempo.
¡Gracias, querida Patty!
Todo bien, pero no subestimes a los chicos que han estado en colegios pagos o que practiquen deporte en club pago… a ellos también les hierve la sangre y han sido parte de las marchas, codo a codo con jóvenes valientes de todas las universidades.
Gracias Gustavo que bien explicado, conozco tantos casos!
Leo tus libros y leo tus artículos, me encantan! Cuanta falta nos hace la sencillez para entender lo qué pasa fuera de la burbuja social, cómo bien dices que el hecho de tener privilegios como los que mencionaste (por lo son en nuestra sociedad y nuestro país ) no debe impedirnos a los que somos padres bañar a nuestros hijos con un poquito de la realidad para que no crezcan mirando el mundo desde un baobap
Genial artículo, Gustavo.
Gracias por poner en frente esta realidad que muchos vivimos de cerca. Esperó lograr darle a mi hijo siempre amplitud para que nunca ves solo un lado y pueda ver con perspectiva. Gracias siempre por tu escritura.
Se la darás, Lucía.
De eso estoy seguro.
Un besote.
Leer tu artículo es como leer una obra literaria por lo subliminal de la redacción.
Efectivamente algunos políticos no están en sintonía con el sistema cultural electronal.
Me encantó
Seré un asiduo lector de tus artículos.
Muchas gracias, Ciro.
Lxs demás integrantes de Jugo de Caigua escriben incluso mejor, ¡a no perdérselos!
Vivo en los Estados Unidos. Amigo, no entendí eso de “Los viejos lesbianos”…
A ver una explicación rápida de dos libras.
Gracias!
Quise decir de dos líneas…
Moisés, hola: líneas arriba lo expliqué en una respuesta.
Un abrazo.
Lindo intento de explicarlo, Gustavo. Se me ocurren algunas otras cosas, como el “contacto” con la religión católica, o el crecer pensando que una parte de la playa al frente de tu casa donde veraneaste desde que naciste te pertenece, entre otros …
Gracias, Denise. ¡La playa!
Qué ejemplo es ese también.
Un abrazo.
Coincido con su análisis y comparto alguna de sus experiencias. Pero me pregunto cómo esa “condición social cuasipatológica” llega a relacionarse con actos de corrupción. Puedo aceptar que la obnubilación ideológica les permita llamar democracia a lo que evidentemente fue golpe de estado, pero resulta que estos grupos suele estar ligados a corruptelas y actos delincuenciales. Aparentemente hay quienes aprovechan el malestar viejolesbianista para promover sus intereses particulares e inmorales.
Hola Miguel, gracias por el comentario.
Como en todo grupo social, hay creyentes bien intencionados y también están los que justifican con su ideología sus trapacerías.
Un abrazote.
Muy bueno y claro . Yo pertenezco según tus palabras a una clase social privilegiada . Hijos en colegios de pago, auto propio etc y además cuento con una muy respetable edad, jaja Pero ahí difiero contigo. He visto a muchos chicos de esa clase privilegiada salir en las manifestaciones , opinar y actuar. No los discrimines por haber nacido en un contexto así. A mi particularmente me encanta hablar con todo tipo de personas, como tú dices “sentir” lo que está pasando . Todos queremos un cambio y un futuro mejor, sin importar la edad, la raza o género
Hola, Rosario. No diferimos, en realidad: por eso puntualicé que el quinto requisito es el capital para hacer la diferencia: padres o maestros que expandan horizontes, como tú lo hiciste. ¡Felicitaciones!
Hola, Gustavo. Coincido con todo. Agregaría que ese sesgo los lleva a pensar que los jóvenes vemos Televisión, que no conocemos la Constitución y que somos todos de izquierda.
Lo mismo con lo del TC. Los que estudiamos Derecho conocemos la jurisprudencia del mismo TC, la doctrina, todo. A los jóvenes nos da risa lo descarado que es.
Kevin, ¡eso da para otro artículo!
Lástima que no sea tan joven.
¡Un abrazo!
Excelente artículo, me siento identificado, también vengo de provincia, tuve un padre político, estudie el colegio en el extranjero regrese a provincia luego me acople en Lima, claro con la diferencia de que tenía 3 o 4 cuando Vargas Llosa perdió. El dato de ultimo concuerdo contigo mi papá a pesar de su privilegio nos enseñó a la familia nuestros deberes ciudadanos y empatia no solo a través de la palabra sino de experiencias de toda indole. Sin embargo, te doy un dato adicional, el era el único sosten y cuando falleció las vimos negras, ahi es donde empezamos sentir la necesidad de que el sistema se forme escuchando a todos, como lo propuso Rawls en su teoria de la justicia (el velo de la ignorancia de aquellos que gozan ventajas superlativas en una sociedad), hoy soy profesor universitario de Derecho y cada vez que hablo sobre la teoría de la justicia, miro al cielo y esbozo una sonrisa :).
Qué orgullo, Luis Alberto.
Un abrazo de otro hijo de provincianos.
Llórente y Cuenca publicó una red de “conversaciones” virtuales. Allí se ve como el grupo de conservadores está aislados de la realidad totalmente y solo conversan entre ellos. Ese gráfico es exactamente el dibujo de esta buena narración. Gracias por el artículo!
Mauricio, ¡tal cual!
Un abrazote, mi amigo.
Aterrizaje forzoso que puso en vilo al pais un gobierno defacto al que se sumarán los del TC o será que el «deporte de riesgo» es su último deseo??? porque el mensaje del pueblo no entendieron.
Muy buen artículo romper nuestras burbujas nos urge, todos construimos el Perú.
Todos, Carmen.
Muchas gracias.
Lourdes, muchas gracias por la lectura y el comentario.
Muy bueno. Creo que varios caemos en el riesgo de caer en algún momento en este grupo desconectado, esta burbuja miope. También, en mirar de costado, sin comprometerse o tomar una postura.
Gracias, Carmen.
Es muy humano y a veces es necesario que nos abran los ojos.
A mí, mis hijas me lo hacen con frecuencia.
Yo revisarías las enumeradas causas de desconexión. No estamos en los 60. Ir a un colegio pago, acceder para practicar deportes un club privado, y vivir em un barrio “medianamente“ resguardado hoy en día en la mayoría de los casos de es resultado de mucho esfuerzo de padres que luchan y trabajan para brindar para sus familias algo mejor de lo que tuvieron y que nadie les regalo y oara los cuales ampliar mentes y expandir mundos es un “must”. Como canta Blades, es cierto que el que va adelante muchas veces deja de mirar para atrás, pero no siempre. Este país mejorara el día que en lugar de enumerar diferencias identifiquemos coincidencias
Gracias Gino, y coincido.
Por ello mi énfasis en ese quinto punto del listado.
Un abrazo.
Que GUENO
El dedo en el ojo. Varios tuertos sino ciegos.
Es que gueno, es mas que bueno.
¡Gracias, querido Jaime!
Me encanto tu articulo Gustavo. Mucho se habla de la maldad y los demonios del mundo pero jamas se da una explicacion a ello, y esto ultimo quizas produce que jamas se logre erradicar totalmente a estos del pais por lo que importante entender como asi nacen estos curiosos fenomenos. Esta enfermedad nos obliga a ser empaticos y ahora mas que nunca este nuevo Peru nos obliga tambien a salir de nuestra burbuja puesto que si no salimos, esta crece mas y mas y luego podria llegar a explotar. Me encanto
Un fuerte abrazo, Gabriel, ¡muchas gracias!
A veces … A veces , cuando el artículo es tan bueno sobran las palabras.
Excelente.
Gracias por escribir y dejarte leer.
Un abrazo agradecido, Renzo.
Lo que tienen en común los «desenchufados» como Antero, Rey, Blume, Sheput, Rospigliosi, Keiko, Luna. Merino, etc, es que son coetáneos políticos atrapados en su limbo de recuerdos nostalgicos del poder; nuestro sistema no permite una renovación política inmediata, solo se puede renovar con «revoluciones generacionales
espontáneas. Es importante darle más tribuna en medios a quienes ven más claro estos cambios. Te seguiré leyendo con gusto y atención Gustavo. Un abrazo
Gracias por tu articulo que nos ayuda a reflexionar sobre lo que está pasando. Has conversado con jóvenes participantes en las marchas?
Tengo dudas con el uso de «viejo lesbiano» no se que significa, para no caer en discriminaciones a los viejos y a las lesbianas.
Hola, María Esther.
El término viene así:
-Una chica se defendió de un viejo verde que le dijo que él era lesbiano y ella le respondió: cállese, viejo lesbiano.
-Alguien hizo una canción con ese término e hizo un video con un dinosaurio que bailaba.
-Por extensión, ahora el término aplica a los «viejos dinosaurios».
Saludos.
¡Excelente! Me identifico totalmente con cada palabra que expresas en este texto. Vivo hace 20 años en USA y estoy más “enchufada” que muchos de mis familiares y amigos que viven en el limbo, sin mirar más allá de lo que tienen enfrente. Comparto tu texto en mi Facebook, le pondré un mensaje extra encabezando tu texto: Lo mejor que he leído hasta el momento ( espero leer más de tus artículos). Gracias
Muchas gracias, Ana.
Un abrazo hasta allá.
Directo y sin escalas. Buen juego de caigua. Vital y necesario para todos, pero sobre todo para los «viejos lesbianos» y los que abrigan sus «ideas y conceptos» de la realidad. El que tiene ojos, que lea bien, y el que tenga cerebro, que comprenda bien.
Muchas gracias.
Un abrazo agradecido, Ernesto.
Estimado Gustavo
Si la realidad es una construcción social , Berger y Luckmann no conocieron nunca nuestro país.
Somos, en resumen, varias sociedades y cada una con una realidad muy particular. Y la que agrupa a nuestros políticos no es distinta de otras. En nuestra realidad Gustavo ellos están desconectados.Pero solo en nuestra realidad.
La pregunta es….si tu y yo salimos a protestar …fue por la misma razón?
Y no dependas del tiempo para dejar de usar algunas expresiones.
Saludos
Alejandro, muchas gracias.
Estoy seguro de que salimos a protestar de acuerdo a distintas expectativas, pero con un combustible común: la indignación.
De ahí que aterrizar los siguientes pasos ya sea difícil: no todos pensamos igual sobre un cambio constitucional, por ejemplo.
Se vienen tiempos de discusión, y eso es preferible al marasmo pesimista en el que estábamos.
Muchas gracias por un ameno artículo y por tan acertadas reflexiones.
Una amiga (más comprometida socialmente que yo) me recuerda que — si uno no está en la calle, en contacto con la realidad — al menos debe preocuparse por «escuchar» a la calle para no desconectarse completamente.
Reconozco que en la ciudad de Lima no es fácil conectarse directamente. La urbe es demasiado grande e intimidante. Uno termina creando una burbuja, navegando entre los ‘siete distritos’ y tratando de no alejarse demasiado de ellos, por temor …
Es verdad, Octavio: Lima, al menos, promueve el individualismo.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Sin embargo de esta excelente explicación de cómo se genera un «desenchufado» de la realidad evidente para muchos, tengo compañeros de estudios universitarios – universidad nacional, sin carro propio, de barrios clase media a media baja, con experiencias de trabajo en ambiente rural, que siguen viviendo en barrios nada elegantes, que expresan su derechismo conservador. Ese sentir recaló , creo, en fujimorismo y aprismo, y eso los marcó de por vida, como una peste que no mata rápido, si no lentamente, muriendo alegres en su defendida visión del Perú. Nos educamos en las mismas aulas, vimos las mismas marchas y huelgas, pero reaccionamos distinto. Debe haber alguna explicación esotérica a este comportamiento. ¿No querer saber, tener miedo a los cambios?
Gracias, Dina, gran tema adicional.
Este artículo pone en el centro a los causantes y protagonistas de los hechos acaecidos, no a los simpatizantes de los mismos.
Conservadores hay en todos los estratos e indagaré si existe un estudio psicográfico detrás de ellos y también de los más liberales.
Muchas gracias.
Excelente artículo. Pero, ¿las lentejas de la Pepa Jiménez? ¿Qué es eso? ¿Una tertulia VIP? Bueno, lo googlearé.
Mi cuota diaria de jugo de caigua me está llevando a la plenitud de conciencia y al descubrimiento gradual de la verdadera identidad peruana.
Nicolás, qué valla nos pones.
Muchas gracias, trataremos de estar a la altura.
Auxilio me desmayo, he vivido desenchufado (bis) 😀