Las valientes historias detrás de una frase injustamente satanizada
El sábado 21 de enero la policía realizó un operativo irregular en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En dicha acción no estuvo presente el Ministerio Público, no se permitió que los intervenidos cuenten con asesoría legal oportuna, se impidió el normal trabajo de la Defensoría del Pueblo y se maltrató a los detenidos, por mencionar solo alguna de las arbitrariedades que se cometieron. A la Constitución no se la defiende vulnerándola y los responsables, más temprano que tarde, tendrán que responder por lo ocurrido. Pero hoy quisiera detenerme en un detalle del acta elaborada por la policía a raíz de su actuación.
En el acta se consigna que se encontraron pancartas y telas con “diversas descripciones alusivas a incentivar actos de violencia” y se señala como ejemplo el uso de la frase “No matarás ni con hambre ni con balas”. Es decir, para la policía, la utilización de esa frase muestra el ánimo violentista de los ocupantes precarios de la universidad decana de América. Más allá de que su sentido literal no permite esa lectura, parece que quienes realizaron la intervención —entre los que se encuentran efectivos de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote)— no conocen el significado histórico de esa frase ni la importancia que tuvo justamente en la lucha contra el terrorismo. Aquí pasaremos a recordarlo.
Era 1989, nueve años desde el inicio de la violencia terrorista de Sendero Luminoso, el país pasaba por uno de sus peores momento. Al baño de sangre y terror se sumaba la peor crisis económica de nuestra historia. Ese año, Sendero intensificó los atentados en Lima en búsqueda de lo que ellos llamaban el “equilibrio estratégico”: las fuerzas terroristas igualarían en poder a las fuerzas estatales (policía y fuerzas armadas). Dentro de la estrategia subversiva, se buscó infiltrar o neutralizar a las organizaciones populares (sindicatos, organizaciones estudiantiles, vasos de leche, asociaciones barriales, etc). En la práctica, esto significó un incremento de acciones de propaganda terrorista en los llamados “pueblos jóvenes” y el amedrentamiento y asesinato de quien se opusiera a su avance en dichas zonas.
En ese contexto, el 10 de octubre Sendero Luminoso asesinó a María Elías Huapaya, una valiente dirigenta vecinal y militante aprista de El Agustino. Las dirigentas populares con su compromiso, trabajo y liderazgo comunitario eran una de las principales fuerzas de resistencia al intento de Sendero de tomar los barrios populares, por lo que fueron víctimas directas de atentados terroristas. María Elías es parte de la lista de’ las líderes de base asesinadas en esos años en Lima y Callao, junto con Juana López León (El Callao, 1991), Doraliza Espejo (San Juan de Lurigancho, 1991), Maria Elena Moyano (Villa El Salvador, 1992), Nelly Torres (Santa Anita, 1992), Pascuala Rosado (Huaycán, 1996), entre otras.
De acuerdo a una investigación liderada por Juan Miguel Espinoza y Josué Condori, editada por el Lugar de la Memoria, el asesinato de María Elías Huapaya marcó un punto de quiebre en El Agustino. En la investigación se señala: “Al día siguiente de este crimen, la parroquia, junto con otras instituciones y organizaciones, convocó a una reunión en el municipio para ver cómo responder a este acto y expresar el repudio ciudadano. El principal acuerdo de la reunión fue convocar una marcha por la paz el domingo 15 en la tarde. Un segundo acuerdo al que se llegó es que la Iglesia presidiera la marcha porque era la institución que más unía a los diferentes grupos, pero también porque el resto de organizaciones temían sufrir represalias de Sendero Luminoso”.
Participaron en la marcha aproximadamente 1.500 personas, y si bien había distintos partidos políticos y movimientos sociales, las consignas particulares fueron dejadas de lado y el lema común que presidió la marcha en una gran banderola fue: “No matarás, ni con hambre ni con balas”. La marcha fue presidida por monseñor Augusto Beuzeville, obispo auxiliar de Lima, acompañado de varios sacerdotes jesuitas. No he encontrado en archivos la explicación de por qué se eligió la frase, pero el liderazgo de los jesuitas en la organización podría explicar la referencia directa al quinto mandamiento, la mención al hambre motivada por la difícil coyuntura económica y social del momento, y las balas, evidentemente, a la violencia que había motivado la convocatoria. Un antecedente de su uso se encuentra en el Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, uno de los promotores de la teología de la liberación, quien la usó en 1983 en referencia a la dictadura argentina.
Entre los participantes de la marcha se encontraba también Henry Pease, exteniente alcalde de Lima y candidato al municipio metropolitano por Izquierda Unida. Pocas semanas después, Pease volvería a utilizar esta frase en la Gran Marcha por la Paz.
Sendero Luminoso convocó a un paro armado para el 3 de noviembre de 1989 en todo Lima. Henry Pease cuenta en una entrevista lo siguiente: “Estábamos en reunión del equipo de campaña y oímos por RPP que Sendero Luminoso decretaba un paro armado. Dicho sea de paso, en ese momento la campaña municipal no marchaba, los mítines distritales, que son el paso previo y central de cualquier campaña, se frustraban porque la gente tenía miedo (…) En esa reunión conversamos al respecto, y yo dije ‘salgamos al frente’; llamé a Radio Programas y dije: ‘Saldremos a la calle. Convoco a una Marcha por la Paz el mismo día del paro, vamos a demostrar que el pueblo peruano no está con Sendero y que la democracia es más fuerte que ellos’. Antes de mediodía, Mario Vargas Llosa, que era el candidato mejor posicionado y con más recursos, me llama y se adhiere. Y luego se adhiere todo el mundo y es la movilización más grande que se ha hecho en el país (…) llenamos íntegramente Paseo de la República hasta bien avanzado el zanjón por un lado, hasta Roosevelt, y todo el final. La cola seguía en toda La Colmena hasta 2 de Mayo. Es decir, fue multitudinario, la gente había llegado por sus propios medios”.
Al recordar la manifestación cuando dio su testimonio frente a la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Henry Pease señaló: “La pregunta central era: ¿cuál era el lema central de esa marcha? «No matarás ni con hambre ni con balas».”
Sobre su participación, Mario Vargas Llosa recuerda lo siguiente en su libro de memorias El Pez en el Agua: “(…) a algunos de mis amigos les pareció un error político. Temían que mi gesto diera a la candidatura de Pease una suerte de espaldarazo (las encuestas lo situaban por debajo del diez por ciento de las intenciones de voto). Pero éste era un típico caso en el que las consideraciones éticas debían prevalecer sobre las políticas”. Imagínense ese tipo de valoraciones del rival político en los tiempos actuales del “yo no marcho con…”, leído desde esta coyuntura hace que lo escrito por Vargas Llosa parezca sacado de uno de sus libros de ficción y no de sus memorias.
En la marcha participaron otros sectores políticos como el Apra y Acción Popular —incluido el expresidente Fernando Belaunde— así como la Confiep, la Conferencia Episcopal Peruana, comedores populares, federaciones de estudiantes y otros sectores de la sociedad civil. Pease cuenta que luego manifestaciones similares se realizaron en la mayoría de las capitales de provincia en todo el país.
En la nota sobre el evento, Caretas (n.º 1082) señaló: “Tras nueve años de sangre y destrucción, en una jornada memorable, todos los partidos políticos, la Iglesia y un gran número de independientes se dieron cita el viernes pasado en la plaza Grau para pronunciar un claro y rotundo NO al terrorismo y la muerte. Ello, sin lugar a dudas, constituyó un triunfo moral y social contra Sendero Luminoso…”. En su Informe Final, la Comisión de la Verdad y Reconciliación dijo: “El lema de la marcha «¡No matarás, ni con hambre ni con balas!» mostraba que era posible lograr un consenso básico entre muy diversos sectores sociales y políticos a favor de una perspectiva integral de derechos humanos y de la paz…”.
Como vemos, la frase no tiene una connotación de promoción de la violencia, ni en lo literal del texto, ni en lo histórico o simbólico. Por el contrario, es una frase que apuesta por acabar con ella, algo muy necesario en el clima actual que vive nuestro país, donde, de acuerdo a un pronunciamiento público de académicos, el número de muertos en el Perú (55) supera largamente a los del estallido social ecuatoriano de 2019 (6 fallecidos), el de Chile ese mismo año (34 fallecidos), y el de Colombia el 2021 (29 fallecidos).
No matarás, ni con hambre ni con balas. Ojalá las fuerzas del orden y todos los actores políticos y sociales involucrados, entiendan y conviertan ese lema histórico en un compromiso.
Gracias Alberto por tan importante reseña histórica. Como extranjera residente en el Perú hace más de 10 años, desconocía este pasaje histórico. Pero me pregunto…cuant@s peruan@s de a pie, en carro o en bici, lo conocen?? Cuántos de aquellos que sólo desean que desaparezcan los violentistas, saben este hecho?? Teclear es fácil, repostear también, pero detenernos por un momento, abrir nuestra mente y corazón, recordar de dónde venimos….por qué es tan difícil??? Bueno muchas preguntas que espero se logren responder en el tiempo, ese que espero pronto ponga todo y a tod@s en su lugar
Excelente artículo de Alberto Belaunde.
Participé en esa marcha y me consta todo lo que el señala .
Muy interesante el artículo, me hizo recordar ese tiempo de convulsión. El articulo es muy completo y narra pasajesEstuve en la marcha y esa frase era el símbolo. Me parece increíble que la policía detenga y acuse a estudiantes por usar esa frase. Que tal ignorancia y que mal el SIN.
Falso. El operativo no fue irregular, en Estado de Emergencia están suspendidas las reuniones y así como la inviolabilidad de domicilio. Incluso, sino rigiera el estado de emergencia, la acción fiscal no es indispensable para una intervención en flagrancia como la denunciada por la UNMSM por haber atacado a las seguridad privada. Es falso que la asesoría legal se tenga que dar durante la intervención, como es falso que la Defensoría deba intervenir. Lo hicieron en la comisaría y luego de investigarse se liberó salvo a uno con antecedentes. Falso es que se haya maltratado a los intervenidos, detenerlos, colocarlos en el suelo y demás son parte del procedimiento policial regulado por ley
La constitución no fue vulnerada como afirma falsamente este sujeto que en el 2020 inventó 68 desaparecidos durante las marchas contra Merino y sindicó a la policía como supuesto responsable. Jamas pidió disculpas ni se retracto de esa vulgar mentira. Se trata de un personaje nefasto para la política, que no representa a nadie y que actúa por resentimiento.
Muchas gracias por poner en contexto real e histórico «la frase»
Participé el 3/11/1989 en esa marcha por la paz, junto a amigos de nuestra parroquia, no con poco miedo al inicio, dadas las circunstancias, que se fue disipando con la llegada a plaza Francia, nuestro punto de concentración y los minutos siguientes, ya contagiados por el entusiasmo de tanta gente y nuestros lemas que a viva voz sacaban desde dentro demasiada resaca empezada, hasta convertirse luego en uno de los tantos momentos de nuestra historia reciente en los que he sentido mi aporte ciudadano a causas que he sostenido a lo largo de mi vida…
Un artículo necesario muy bueno
y esclarecedor
Sencillo, histórico y didáctico
Que buen y oportuno análisis. Como extrañamos la decencia y compromiso de políticos como Pease, más aún ahora que contemplamos la grave degradación moral y ética de los políticos actuales.
Sé extraña tu presencia en el Congreso.
Ahora es la izquierda que está generando las muertes, en alianza con PL y MOVADEF. Usan a campesinos humildes como carne de cañón al lado de los vándalos, para generar muertes que desestabilicen al gobierno actual y puedan tomar el poder.
Es una pena, siempre trabaje por.la justicia social y la superación de la pobreza. Nunca creí que la izquierda se alineara a MOVADEF para capturar el poder. Se dan cuenta de lo que están haciendo. La izquierda junto con el MOVADEF y PL son los culpables de las muertes. Pero no quieren ver….