Evitemos el “como cancha”


¿Cómo distinguir cantidad de calidad en el sistema universitario?


La buena calidad del sistema universitario de un país beneficia a todos sus ciudadanos, no solo a los hogares que envían a sus hijos a las universidades. Un sistema universitario con excelencia académica será capaz de proveer mejores análisis de la realidad nacional y de ofrecer mejores soluciones a nuestros problemas de desarrollo; podrá también convertir el conocimiento académico en mejores técnicas agrícolas o manufactureras que conducirán a mayor productividad; podrá delinear mejores estrategias de salud pública que nos permitan enfrentar con éxito una próxima pandemia o los impactos del cambio climático; en general, impulsará nuevos descubrimientos que mejoren nuestra calidad de vida.

Por ello resulta importante que la mayor cantidad posible de peruanos prestemos atención al funcionamiento de nuestro sistema universitario local. Hace unas semanas SUNEDU publicó el III Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria en el Perú. El documento tiene información muy valiosa sobre el desempeño de las universidades licenciadas del país. Invito a que lo revisen y de él extraigo algunos resultados para este artículo. 

El informe tiene cinco partes: (i) las instituciones educativas, (ii) los estudiantes, (iii) los docentes, (iv) la investigación, y (v) los egresados. La semana pasada ya nos referimos a los egresados y a sus premios a la escolaridad, esta semana prestaremos atención al que quizás es uno de los ámbitos con mayor influencia en el bienestar de la sociedad: la excelencia académica. El informe de SUNEDU nos ofrece un ranking de excelencia académica que es muy interesante, pues aplica los estándares del ranking de Shanghai –uno de los que se viene estableciendo como referente global— al universo de nuestras universidades licenciadas. El resultado arroja la siguiente clasificación nacional:

Fuente: SUNEDU (2020)

Esta clasificación debería tener mayor difusión que la que ha tenido hasta ahora. En la medida que todos prestemos más atención a estos resultados las universidades se esmerarán en mejorar, y esto redundará en beneficios para todos. Los buenos flujos de información ayudan al mejor funcionamiento de los mercados, en este caso el mercado de las universidades licenciadas. Contribuyamos con nuestra parte en esta tarea siendo buenos consumidores de tal información. 

Pero ser buenos consumidores de información pasa también por identificar la engañosa. Una forma común de embuste es confundir cantidad con calidad, y en educación universitaria esto es muy importante. 

Hay quienes han intentado utilizar, por ejemplo, el número de tesis de pre y posgrado que forman parte del Registro Nacional de Trabajos de Conducentes a Grados y Títulos (RENATI) como un indicador de excelencia o de productividad académica. Esto es errado. Hay universidades muy masivas con altos indicadores en esta base de datos de SUNEDU, pero, como venimos descubriendo, muchos de los trabajos allí registrados son de pobre calidad o, incluso, merecen descalificación por deshonestidad. 

Por ejemplo, resulta obvio al comparar universidades que la Universidad César Vallejo, con cerca de 100.000 estudiantes, registe más tesis en RENATI que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que cuenta con poco menos de 40.000 estudiantes. Que en el 2021 la primera registre casi 18.000 trabajos mientras la segunda solo 1.200 no debería ser tomado como un indicador de calidad. 

La calidad se podría medir, al menos aproximadamente, si tales trabajos de tesis se publicaran en revistas especializadas para ser difundidas en las comunidades académicas del mundo. El proceso de publicación toma varios años, así que eso se podrá ir midiendo progresivamente en las próximas décadas con mayor precisión. Por el momento contamos con una medida aproximada gracias a Percy Mayta-Tristán, un investigador local que regularmente comparte información muy interesante en Twitter y diversos medios. Recomiendo seguirlo.

En un tuit reciente, Mayta-Tristán ha presentado en paralelo los indicadores del número de registros en RENATI para las 25 universidades licenciadas con más información disponible, con sus correspondientes números de registros en Scopus, una de las bases de datos más comprehensivas del mundo con trabajos de investigación publicados en revistas especializadas. Obviamente, no se trata de una comparación quirúrgicamente impecable. No tiene precisión de rayo láser, pero es claramente indicativa. Y la conclusión que queda tras ver el siguiente cuadro es obvia: cantidad y calidad no siempre van de la mano.

Fuente: Mayta-Tristán (2021)

Somos una sociedad acostumbrada a pensar primero en la cantidad y el precio, para solo después de ello pensar en la calidad. Probablemente, esto resulte funcional en múltiples ámbitos, pero en asuntos de educación, y especialmente la universitaria, no. Aquí es muy importante priorizar la calidad. Avancemos en esa dirección. Las cifras de subempleo nos indican que somos un país con exceso de profesores, abogados, contadores y algunas otras profesiones. No necesitamos formar más profesionales, necesitamos formarlos mejores.

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