Un solo tema y a comprometerse


¿Puede dejarnos una enseñanza el discurso presidencial del 28 de Julio?


Pues sí, ¿por qué no? Sin embargo, no es por una humorada que comparto con ustedes esta reflexión, sino para echar luces sobre un elemento crítico que todo gobierno debe tener claro al término de su primer año: se trata de un periodo clave para las reformas que requieren más capital político.

Pero empecemos por lo básico. Según nuestra ley de leyes, el presidente de la República está obligado a dirigir un mensaje anual al Congreso sobre el estado del país y sobre las propuestas de medidas que va a considerar. Estoy segura de que esto ocurre en todas las naciones y sospecho que también en ellas, ante el discurso anual del estado de la Nación, la reacción de muchos ciudadanos es “me gustaria vivir en el país que me ha descrito el presidente”.

Tal como está escrita la función del mandatario, queda implícito que cada año, y en función del estado del país, es posible lograr acuerdos entre los actores políticos para realizar reformas de políticas públicas. Los poderes del Estado deberían poder –valga la redundancia– implementar cambios en beneficio de los ciudadanos en cualquier momento de un periodo presidencial o congresal. 

Lo que me lleva al punto que quiero plantear bien podría resumirse en un diálogo de The West Wing, la serie del genial Aaron Sorkin: el presidente de los Estados Unidos tiene solo una ventana de un año para plantear cualquier cambio significativo de políticas, incluso si logra ser reelegido y llega a gobernar ocho. ¿Qué explica la ventana de un año? El arrastre político de la elección, que se va perdiendo tanto por el desgaste propio de la función, así como de las varias elecciones que van renovando Congreso y Senado en los EE.UU. 

Ahora, regresemos al Perú, pero con dos aclaraciones de entrada. La primera, es que dejo de lado el posible lugar que cada presidente peruano de este siglo vaya a tener en el volumen II de La Historia de la Corrupción en el Perú, aunque hayan honrosas excepciones. La segunda es que las reformas que me sirven de ejemplo –o el gobierno que las implementó– no necesariamente cuentan con mi endoso.

Una reforma política importante fue la de Ollanta Humala, con la creación del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. ¿Cuánto demoró en comenzar a implementarla? Solo un par de meses para nombrar a una ministra, quien supo sacar adelante el encargo de crear la entidad, encontrarle un local y formular una Estrategia Nacional de Inclusión Social, pasando, por supuesto, por poner la estrategia en marcha. 

Por su lado, Alan García usó su habilidad política para sacar adelante varias reformas importantes casi en cualquier momento de su periodo. Por ejemplo, la del aseguramiento universal de salud en 2008, o la de la carrera pública magisterial en 2007. Agreguemos la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y la conclusión de la negociación del TLC con la Unión Europea, entre otros. Ciertamente, tuvo la ayuda de los años del súper ciclo del precio de los minerales y la gran inversión en exploración minera que trajo una importante bonanza económica.

Por lo tanto, si quisiera hacer un balance del discurso del presidente Castillo de este año, tendría que mirar qué asunto concreto y qué reforma importante ofreció cuando asumió el mando. Desde esta perspectiva, era muy poco lo que podía esperarse del balance de su primer año.

Sin embargo, trataré de ser propositiva y diré que tendríamos que haber escuchado un mensaje que abordase el tema más importante para el crecimiento económico: la confianza. 
La confianza suele estar asociada a la gran inversión privada, pero esta noción deja de lado que necesitamos una administración pública con servidores capaces de gestionar el desarticulado aparato público. Es decir, confianza para atraer inversión privada y realizar proyectos de inversión pública. 
La moraleja que queda para todas las candidatas y candidatos a gobiernos locales y regionales que elegiremos en octubre es que seleccionen un solo tema, que sea factible de sacar adelante en un año, y que se comprometan con él. 
Si logran eso, habremos avanzado.

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