¿Quién perdió las elecciones en Florida?


El estado del sol —y últimamente de las noticias más desconcertantes— se volvió republicano el 3 de noviembre. Y los demócratas no serán los únicos perdedores.


La noche del lunes el Partido Demócrata llevaba la delantera en Florida con los votos anticipados y las cédulas enviadas por correo. Parecía que esta vez el swing state se inclinaría por una mayoría de votos azules. Por otro lado, la polarización sobre la modalidad de voto por correo anticipaba que los republicanos aparecerían en masa el mismo día de las elecciones a alterar radicalmente el resultado. Y eso fue lo que pasó. 

            En aquellos estados donde se registra la afiliación partidaria de los votos tempranos, esta información permite hacer estimados antes del cierre de las ánforas a las siete de la noche. Florida es uno de ellos y, por tanto, era posible saber que más demócratas que republicanos habían votado temprano. Los estimados, sin embargo, decían poco o nada sobre el voto de los ciudadanos no afiliados o el de los afiliados a partidos independientes y más pequeños. Tampoco podían predecir la cantidad de republicanos que votaría por Joseph Biden, el candidato rival. El misterio de ambos grupos añadía simultáneamente ansiedad y esperanza para los demócratas optimistas. Un 20% del electorado podía haber votado secretamente por Biden, y entonces podrían reforzar la ventaja frente a sus contendores. 

            Conforme avanzaba el día la cantidad de votos republicanos aumentaba. Primero, a la una de la tarde, superaron a los demócratas por 27 mil votos. Dos horas después la diferencia era de 157 mil. En carreras locales como la del condado de Pinellas, la mayoría demócrata se hacía sentir. Mucho se ha hablado de este durante las últimas semanas, dotándolo de importancia incluso a nivel nacional. “Con excepción de las elecciones del 2000, Pinellas ha predicho correctamente el ganador en todas las elecciones desde 1980”, decía uno de los candidatos demócratas a comisionado por ese condado. Era, pues, un peliagudo terreno de batalla para los candidatos presidenciales.

            ¿Cuáles eran las posibilidades de que yo terminara encargada de coordinar acciones para promover el voto en un condado tan decisivo? No tengo idea, pero los últimos dos meses trabajé en lo que se conoce como Get-out-the-vote (“sacar el voto”) en el condado de Pinellas. Como parte de mi formación en ciencia política en Florida tuve la oportunidad de trabajar con una coalición de organizaciones no gubernamentales cuyo objetivo era expandir la democracia, asegurando la participación en las elecciones de tantos ciudadanos como fuera posible. De hecho, esta bandera no partidaria fue la misma que muchos otros grupos e individuos izaron durante los últimos tiempos: “¡Vota!”. Sin importar el partido, solo vota.

            Los mismos jugadores de la NBA que semanas antes portaban camisetas con el lema Black Lives Matter, comenzaron a lucir ese Vote en sus atuendos. En esa misma corriente, actores, actrices, influencers y otros gatekeepers optaron por motivar a la población estadounidense a ejercer su derecho a participar en las “elecciones más importantes de nuestra generación”. Este era entonces un esfuerzo por asegurar la participación ciudadana, que en teoría se traduciría en una representación política más precisa. En el caso de nuestra coalición, un liderazgo más representativo de la diversidad de la Florida. 

            Llamadas telefónicas, mensajes de texto, aplicaciones para celulares, post en redes sociales y acciones comunitarias virtuales de por medio, el número de votantes en los Estados Unidos antes de la fecha de las elecciones era impresionante. El 1 de noviembre, último día de la votación temprana, ya se había superado en 2/3 el total de votantes de las elecciones del 2016. Antes del martes 3, Florida alcanzó más del 91% de su propio total de votantes en las justas presidenciales anteriores. Si hay una victoria en esta competencia es la de la participación ciudadana, que batió récords en una sociedad donde el voto simplemente no es obligatorio. 

            Otra victoria en Florida fue la de Donald J. Trump. Sabíamos que la noche de las elecciones no conoceríamos al ganador del voto popular en el país. Sabíamos que Florida tenía las mismas posibilidades de terminar inclinándose por el partido rojo o el azul. Sabíamos que este sería de los primeros estados en revelar sus resultados. Finalmente, la noche de las elecciones ganaron los republicanos por una diferencia estadísticamente pequeña. 

            Por 375.039 votos el Partido Demócrata ha perdido uno de los electorados más importantes en cualquier elección. Pero Biden y su gente no son sido los únicos perjudicados con los resultados en Florida. También lo son aquellos que apostaron por el movimiento por Get-out-the-vote y se arriesgaron a sacar los votos independientemente del partido con la ilusión de obtener un liderazgo que respete sus derechos y su dignidad, más allá de la división partidaria. Las y los inmigrantes que temen ser separados de sus familias por tener distintas condiciones migratorias; las mujeres que luchan por conquistar derechos sexuales y reproductivos; las comunidades afroestadounidenses que son asediadas en lugar de protegidas por la policía. Por nombrar algunos. Ellos han perdido también estas elecciones.

1 comentario

  1. gr

    Ojalá a raíz de estas elecciones pueda obtenerse data que segmente psicográficamente al votante hispano y así visibilizar lo distinto que podemos pensar. Los gringos, ya se sabe, tienden a pensar que somos un solo bloque que come tacos.
    Y nosotros, desde aquí, solemos imaginar algo parecido de ellos, la verdad.

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