Las chicas del Sansil


Unas diapositivas proyectan cómo vamos como sociedad


Esta semana, una serie de diapositivas armadas por unas adolescentes de un prestigioso colegio femenino de Lima capturó la imaginación de muchos en las redes en el Perú.

Lo primero que habría que aclarar sobre el “caso PowerPoint”, en el cual asistimos como fisgones a una estrategia para mejorar la performance social en círculos adolescentes, es que sus protagonistas son menores de edad y que revelar los nombres tanto de quienes confeccionaron el documento como de a quienes mencionan en él debería estar penado por ley. Nadie tiene derecho a exponer a menores de esa manera en las redes.

Lo segundo, y quizás lo más importante, es lo insólito de que personas adultas, muchas de las cuales posiblemente recuerden su adolescencia, se hayan burlado de una manera tan despiadada del intento de un grupo de chicas por integrarse en un espacio social bastante hostil. 

Debo aclarar que soy exalumna del colegio en el que estudian dichas adolescentes y que, si bien puedo tener mis propios reparos sobre los centros educativos de un solo sexo, la formación académica que recibí fue de una calidad excepcional, algo que agradezco hasta el día de hoy. 

Mi rebeldía en dicho centro educativo se debió a ciertos episodios en que no “encajé” y otros tantos en que busqué no hacerlo, porque desde una temprana edad tuve serios reparos con el patriarcado y con el mensaje —a veces subliminal y muchas otras veces, directo— de que nuestra misión en la vida debía ser convertirnos en madres y esposas. Un mensaje, dicho sea de paso, que no recibí solo en el colegio, sino también en la universidad y de la sociedad en general. En realidad, de todas partes, menos de mis padres.

Pero volvamos a la educación de las niñas. Yo volví al Perú a los nueve años de México, de una ciudad mucho más grande y de un colegio mixto e internacional. Quizás por ello, lo primero que me impactó de la educación entre mujeres aquí —en un sector privilegiado, además—, era que todas sabíamos lo de todas, lo cual podía ser bueno y malo a la vez.

Me fue impactante, además, el sentimiento de exclusión durante la adolescencia, pero también lo fue conocer la gran solidaridad de ciertas amigas. Las que hice en aquel contexto, difícil para mí, me acompañan hasta ahora y mi relación con ellas hace que mi vida sea más rica a pesar de nuestras diferencias en estilos de vida, opiniones políticas e intereses particulares. Cuando tengo un problema, una tristeza o una alegría, mis amigas del colegio están ahí para celebrar y conmiserar conmigo. 

Quizá por esta experiencia, cuando leo lo que escribió esa chiquilla con todo el candor que la habita, me lleno de ternura y de ganas de abrazarla. Ella quiere “encajar” y también busca que las chicas que tienen más habilidad para socializar ayuden a las que menos tienen. Quiere que las conozcan como las que les dan una mano a los chicos que encuentran borrachos en las fiestas, desea que todo su grupo se integre y, para intentar lograrlo, ha utilizado toda su capacidad de análisis para poner en marcha una estrategia. Al hacerlo deja en claro no solo que tiene grandes habilidades para identificar los retos, sino también unas herramientas para compartir información que ya quisieran tener muchos estudiantes universitarios, e incluso profesionales.

Todos sabemos que la adolescencia es una etapa difícil, en la que se descubre la impiedad del mundo y las reglas que lo rigen. Desde las novelas de Jane Austen hasta los episodios de Gossip Girl, la obsesión por las clases altas y sus usos y costumbres para conseguir pareja ha sido generalizada y este famoso PowerPoint no es más que otro ejemplo de ello. 

¿Nos deberíamos preocupar de que esas niñas estén dándole cabida a estos temas desde tan chicas? Por supuesto que sí. Sin embargo, ellas no han creado el problema.

Ellas, simplemente, lo han identificado y han buscado enfrentar su situación de la manera más creativa posible. Nos deberíamos preocupar mucho más por los adultos a los que les parece aceptable exponer a menores de edad en redes, y por el esfuerzo que debemos seguir haciendo para desmontar al patriarcado y al clasismo.

Así sea con un PPT a la vez.


Pensar, escribir, editar, diseñar, coordinar, publicar y promover este y todos nuestros artículos (y sus pódcast) cuesta y nosotros los entregamos sin cobrar. Haz click en el botón de abajo para contribuir y, de paso, espía como suscriptor nuestras reuniones editoriales.


Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba