La indolencia se disfraza de prudencia


El Covid no debe ser excusa para abandonar los servicios públicos


Un adulto mayor se acerca a la biblioteca municipal de su distrito para leer el periódico. En la puerta, de pie junto a un trapo seco que languidece en el piso, el vigilante le informa que la sala de lectura no está atendiendo por la pandemia. No sabe cuándo volverá la atención regular. Curiosamente, en ese mismo local municipal, todas las ventanillas de atención de cobro de tributos funcionan con normalidad.

Un estudiante universitario se conecta a Zoom para recibir su tercera clase virtual del día. Anda distraído porque sus amigos vienen coordinando por WhatsApp la salida del fin de semana. Hay quienes proponen ir a la discoteca de moda, pero tienen que ir temprano porque se repleta; otros proponen ir a un restaurante, pero con reservación, porque necesitarán juntar varias mesas. En el Zoom, el profesor les dice que las clases seguirán siendo virtuales todo el semestre por motivos de seguridad, para evitar que haya contagios. Esa misma excusa ha llevado a que muchos colegios públicos decidan que la presencialidad será solo cuestión de unas pocas horas a la semana, pese al grave e irrecuperable daño que han sufrido el aprendizaje y la salud mental de los chicos en estos dos años de encierro.

En otra parte de la ciudad se extiende una larga cola de personas bajo el sol esperando por su duplicado de DNI ante un local de Reniec. La imagen se repite en otros locales de la entidad. Se calcula que hay cerca de 5 millones de DNI caducos en nuestro país. Hace unas semanas, una funcionaria señaló a la prensa que la institución funcionaba al 70%, pero que pronto lo estarían haciendo al 85%. Nadie le preguntó cuándo volvería a hacerlo al 100%.

Mientras usted lee este artículo, es probable que algún familiar suyo esté desesperado tratando de renovar su brevete o pasaporte. Las citas disponibles, al igual que el material para imprimir dichos documentos, son escasas. Hoy en día, uno tiene que esperar aproximadamente tres meses solo para retirar un permiso de conducir ya emitido. La espera para una cita de renovación de pasaporte es de casi el doble. Y quienes necesitan sacarlo de urgencia para viajar, tienen que hacer una cola en el aeropuerto que llega a superar las 12 horas. Sin embargo, ni Migraciones ni el Ministerio de Transportes y Comunicaciones parecen particularmente preocupados con esta desastrosa situación.

Desde el inicio de la pandemia y la primera cuarentena hubo una gran precarización de la calidad de atención al ciudadano en muchos servicios públicos, incluyendo los que antes funcionaban muy bien. Estos problemas eran entendibles en el 2020, tolerables en el 2021, pero resultan absolutamente inexplicables en el 2022.

Los restaurantes funcionan al máximo de su capacidad, los centros comerciales andan llenos de clientes, muchas empresas e instituciones públicas han vuelto al trabajo presencial, el tráfico es el mismo que teníamos antes de marzo de 2020. Casi todo parece haber retomado su curso prepandémico, salvo la atención en el Estado.

Parece que a buena parte del aparato burocrático no le importa que las cifras actuales del COVID-19 en el Perú sean las más bajas desde marzo de 2020, tampoco toman en cuenta toda la información para cuidarnos que tenemos ahora (y que no teníamos hace 2 años), menos aún considera el cambio radical que ha significado el estar protegidos por las vacunas. La indolencia estatal de hoy se disfraza de prudencia frente al Covid, sin importar la evidencia científica ni la realidad que los rodea.La pandemia en el Estado parece ser una distinta a la que vivimos el resto de los ciudadanos. ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar este abandono?

3 comentarios

  1. Beatriz

    La Indolencia se disfraza de prudencia, si y como cambiarlo, como hacer que el estado sea mas eficiente, mas operativo, todos perdemos y mucho.

  2. Roberto Guerra

    El coronavirus es la excusa perfecta para mochar el nivel de atención… tendríamos que ver si los ministerios y gobiernos están “gastando” lo mismo que en 2019.

  3. Maria Barrios

    De todo esto el más perjudicado el ciudadano y los estudiantes, sin considerar que concurren a lugares públicos sin temor.

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