La cautela de una bióloga marina


Peruanos en la Conferencia sobre los océanos: ¿hay esperanza?


El próximo viernes 15 de julio se cumplen seis meses desde que Repsol produjera el derrame de petróleo más grande en la historia del Perú. Mientras la mancha de petróleo se expandía por las costas de Ventanilla, las redes sociales veían una avalancha de información sobre el desastre ecológico. Tal vez lo que más recordamos sea la desorientada campaña de recolección de pelo, que llamaba la atención tanto por su impacto estético como por su falta de efectividad. Con menos atención, pero también con alta rotación, hubo publicaciones de organizaciones ambientales que alertaban sobre el impacto ecológico del derrame, la forma correcta para socorrer a la fauna afectada, los cuidados que requerían quienes acudían a la zona del desastre —ya fuera por voluntarismo o por campañas de publicidad— y, por último, la importancia ambiental de la zona. 

Una de estas organizaciones fue la ONG Alianza por los Océanos Sostenibles, conocida como SOA, quienes desde su página de Instagram fueron fuente de información inmediata sobre el derrame, corroborada por expertos. Esta semana la atención ha vuelto a posarse sobre ellos, ya que retransmitieron su participación desde la Conferencia sobre los Océanos organizada por las Naciones Unidas y el evento para jóvenes organizado en paralelo. Para conocer más sobre su experiencia y la importancia del evento conversé con la bióloga marina Stefanie Torres, presidenta de SOA Perú, quien viajó con los también integrantes de SOA Carlos Silva Quiroz y Gonzalo Cáceres Bartra, este último, el único representante joven de la delegación peruana que participó en el evento principal.

No cabe duda de que la mayoría de nosotros conoce la importancia de preservar nuestros océanos y la necesidad de que los países alcancen un balance entre conservación y desarrollo económico. Sin embargo,  la falta de compromiso que se vio en la última cumbre sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, COP, hace que miremos con cautela las iniciativas y buenos deseos que se prometen en este tipo de conferencias. Respecto a esto, Torres no trata de entusiasmarme con palabras bonitas, ni con cómo le habría gustado que hubiera sido el encuentro. Como me cuenta, desde un inicio conocían las limitaciones del evento central en el que ella y Silva participaban como espectadores y que en muchas ocasiones encontraron diplomático y rígido, lo cual impedía una participación activa de la ciudadanía, estuviera representada por organizaciones o de forma individual. Como ejemplo, relata que como parte de la delegación peruana no participó ningún pescador artesanal por falta de fondos, pero también por falta de iniciativa pública, perdiéndose la oportunidad de incorporar a un sector cuya importancia para los océanos es clave para países como Perú. 

A diferencia del evento central, donde la mayoría de participantes eran funcionarios públicos y de mayor edad, el evento paralelo era únicamente para jóvenes. Para los representantes de SOA, los días del evento era el espacio para ver los resultados de trabajo y preparación de meses. Al compartir experiencias con jóvenes de diferentes países notaron que Latinoamérica no se encontraba tan representada, tanto en participantes como en iniciativas para la conservación de los océanos, aunque fue una oportunidad para establecer contacto con otras organizaciones que buscan alianzas en nuestro lado del mundo. 

Estos espacios también son oportunos para expandir las preocupaciones de quienes intentan preservar los océanos y alertar sobre las realidades de otros países. Como me cuenta Torres, muchos representantes jóvenes se enfocaban en la contaminación por plásticos y los efectos del cambio climático en los océanos, dos fenómenos que evidentemente suceden en nuestro país,  aunque la experiencia de los últimos meses con el derrame de Repsol y la pesca ilegal son impactos que nuestros representantes tienen aún más presentes. Como me indica la bióloga, la falta de transparencia y liderazgo en las instituciones públicas no es un hecho menor para sus labores, ya que ellos han visto el impacto que puede tener en los océanos nuestra falta de institucionalidad y coordinación entre instituciones. Una muestra de esto se pudo ver en vivo y en directo en el evento central, según un tuit del congresista Edward Málaga, cuando el presidente del Instituto del Mar aceptó no conocer sobre el Sistema de Alerta, Predicción y Observación en la Corriente de Humboldt (SAPO), una nueva iniciativa para la pesquería resiliente donde participamos junto a Chile y Ecuador.

Como comenta Torres, no solo es nuestra falta de institucionalidad la que responde a por qué menos del 10 % de nuestro mar se encuentra protegido, también lo hace la falta de canales de información para que la sociedad conozca y haga seguimiento a aquellas iniciativas que tienen como objetivo proteger los océanos, y que muchas veces solo se escuchan en este tipo de foros para luego desaparecer por falta de interés público. Como me cuenta, una de las iniciativas que tuvo gran interés durante la conferencia, y que esperan se llegue a concretar, es la moratoria de la minería submarina propuesta por el congresista Málaga, en la cual SOA Perú y otras organizaciones también han participado. 

La conferencia ha terminado, pero el trabajo de estos biólogos continúa. Como me indica Torres, para ellos es muy limitante ver que la participación ciudadana en estos eventos se reduce a biólogos o representantes de ONG, con pocos espacios para la ciudadanía y saberes nativos de las comunidades locales que tienen una relación cercana con los océanos. Para ellos empieza ahora la campaña de comunicación, aplicar en sus propias acciones las críticas y sugerencias que aprendieron de otros participantes, difundir lo aprendido a las comunidades de las que son parte, y seguir navegando en ese mar de particularidades que conforman nuestro país. 

1 comentario

  1. Juan Carlos Francia Quiroz

    Hola Ale, primero hay que darle a cada persona el grado y/o título académico que corresponde, es decir has confirmado que tus entrevistados son bachilleres en biología marina o biologos titulados con tesis, porque desde ahí se inicia el real trabajo por mostrar la información de manera fidedigna. Segundo, muchos de estos eventos, por no decir todos, son saludos a la bandera de personas que viajan para satisfacer y/o cumplir determinados objetivos y cumplir con indicaciones de sus gobiernos u ONGs, pues nada de lo que has rastreado es desconocido para los que estamos en el medio. Tercero, si realmente se quiere hacer un cambio, pues sería bueno que el cambio inicie en casa, sin tener que viajar fuera del país, es decir que los (as) jóvenes ejecuten tesis que hagan la diferencia que tanto reclaman, que no se dediquen solamente a campañas en redes, sino plantear y dirigir acciones con los pescadores a través de proyectos de investigación aplicada. Ya basta de tanta queja y alerta, porque es tiempo de acción y no sólo de reacción, y lógicamente de investigación asociativa entre Estado – Universidad – Población; y nadie puede decir que no hay recursos, desde hace unos 15 años hay mucho financiamiento para proyectos de investigación básica y aplicada, pero hay que trabajar para planificar y plantear buenas propuestas y concursar, pero a veces es más transmitir por Facebook o YouTube un evento. Saludos.

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