Hablemos francamente del trabajo


Una panorámica para que no nos engatusen en esta segunda vuelta 


El trabajo es tremendamente importante en nuestras vidas. 
Piense en su presupuesto familiar: ¿de dónde vienen los recursos para financiar sus gastos? ¿Cómo se para la olla y los pagos diversos? Es muy probable que al menos ¾ del presupuesto de su hogar se financien con recursos que provienen del trabajo. El resto se financia gracias a rentas (alquiler de una tienda, oficina, departamento, casa, etc.) y transferencias (prestamos, donaciones y similares). Nuestro bienestar depende mucho del trabajo.

Por eso es tan importante exigirle a nuestros candidatos buenos planes de gobierno en lo laboral. Ninguno de los dos planes que hoy deberíamos leer tienen propuestas concretas para mejorar el empleo. Ambos traen miradas dogmáticas del problema, cada uno desde su perspectiva, sin planes concretos de solución. 

En materia laboral, pareciera que los planes de Perú Libre y de Fuerza Popular están mirando a la misma luna, pero siempre en dos caras opuestas. Lo que para unos son los derechos laborales, para otros son los costos de la formalidad. Lo que para unos es estabilidad laboral, para otros es inflexibilidad de la contratación. Mientras para unos hace falta un código del trabajo, para otros hay sobrerregulación. Mucho slogan de uno y otro lado, poco análisis, y peor aún: pocas propuestas concretas.

Con la competencia de las próximas semanas seguramente surgirán algunas propuestas nuevas. Para candidatos tan faltos de cuadros y de conocimiento, seguramente será una competencia para la tribuna: ¿cuántos millones de empleos prometerá cada candidato?

Para no dejarnos engatusar vale la pena tener una idea panorámica del mercado de trabajo. ¿Cómo estaba conformado antes de la pandemia en condiciones regulares? Imaginemos que en el Perú hay 100 personas en edad de trabajar. De ellas, 30 no trabajan (están en la inactividad o en el desempleo), 26 son asalariados del sector privado y 26 más son trabajadores independientes (autoempleados). Ahí hay 82. Los 18 restantes se distribuyen así: 9 trabajan dentro de las casas (como trabajadoras domésticas o trabajadores familiares no remunerados), 6 son asalariados del sector público y 3 son empleadores. Así se reparten los 25 millones de personas en edad de trabajar en el Perú.

De aquí salen algunas conclusiones que pueden resultar útiles cuando escuchemos alguna propuesta:

  • La capacidad de generación de empleo del sector público es minúscula. Solo 6 de cada 100 personas en edad de trabajar están empleadas por el Estado. Hay que tener esto presente cuando un candidato sugiera algún plan de empleo público.
  • Una parte importante del empleo del país es autogenerado. Esto trae buenas y malas noticias. La buena es que generar más empleo de este tipo requiere solo reactivación económica. La mala, y muy mala, es que este empleo es precario: la mitad de los hombres en el autoempleo ganan menos de una Remuneración Mínima Vital (RMV) al mes. Esto se pone más dramático entre las mujeres: 90% de las autoempleadas ganan menos de una RMV al mes. Impulsar este tipo de empleo es impulsar la precariedad.
  • Hay muchas personas que no están trabajando. Entre los inactivos y los desempleados están 1 de cada 4 personas en edad de trabajar. La gran mayoría de ellos son inactivos. Esto debería llamar la atención porque se trata de personas que ni siquiera están en la búsqueda de un empleo. Durante muchos años se comentó que teníamos bajas tasas de desempleo, lo que no se dijo es que teníamos altas tasas de inactividad.
  • Hay muchas personas trabajando dentro de las casas. Hemos romantizado los emprendimientos, pero hemos ignorado que por lo general la productividad de esos esfuerzos es demasiado baja (tanto que no consigue generar salarios para los trabajadores). Una salida a esta crisis no pasa por impulsar eso.

Cuando escuchemos propuestas de los candidatos, contrastémoslas ante esta plantilla. Así podremos juzgar cuán relevantes y realistas son.

En el primer párrafo de este artículo dije que al menos ¾ de su presupuesto familiar se financian con trabajo. Para eso asumí que usted vive en un hogar no pobre. Seguramente no me equivoqué. En los hogares pobres, la capacidad de generación de ingresos laborales es limitada. Para ellos las transferencias –desde el Estado y desde otros hogares– son tan importantes que financian la mitad de sus presupuestos. Por eso, para ellos se necesita una buena política de combate a la pobreza. En una próxima columna revisaremos los pendientes y las propuestas en esta área.

6 comentarios

  1. Russela

    Se refiere al trabajo remunerado y autoempleo. Si se introduce el trabajo doméstico no remunerado, principalmente en los hombros de las mujeres, que sostiene al trabajo remunerado y autoempleo, TAMPOCO hay propuestas de los dos candidatos

  2. zeta

    Muy buena la representación de los trabajadores en el país, así se ve mucho más claramente cómo está la cosa 🙂

  3. Víctor Aguilar

    Las cifras hablan claro, diría que gritan. Los candidatos no. Siempre muy didáctico Hugo.

  4. Kevin Delgado

    Felicitaciones por el artículo, me gustaría saber cuál es la fuente de la información?
    El estado podría tener un indicador mensual de este tema.

    • Lesdi Meneses

      Excelente artículo. Hoy este tipo de información te permite a alozar con mayor conciencia dónde estas y a donde quieres ir.

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