Fumar menos redes sociales 


Mi primera derrota en mi objetivo de año nuevo


Todos empezamos el año con metas que nos gustaría cumplir en estos nuevos 365 días, pero que a los meses solemos olvidar: hacer deporte, gastar menos, disfrutar más. Pero hay una meta moderna que desde hace años viene colándose en la lista de peticiones: menos redes sociales. Mi familia quiere pasar menos tiempo en redes, mis amigos quieren pasar menos tiempo en ellas, y yo también.

Sin embargo, pocos lo logran. Las redes son parte de nuestra vida social, económica y nacional. La mayor parte de la información que necesitamos para funcionar en sociedad nos viene a través de ellas, no obstante, las jornadas de tiempo libre que pasamos conectados a nuestros teléfonos suelen terminar en culpa y remordimiento en lugar de logro y satisfacción. Las redes no nos dan lo que buscamos. 

Esta semana tuve que volver a descargar la aplicación de Facebook en mi celular para poder vender algunas cosas previas a una mudanza. Aunque mi objetivo era puntual, no pude evitar distraerme con lo que Facebook me ofrecía: novedades de viejos colegas, anuncios de matrimonios, bautizos y velorios, mezcladas con videos cortos y absurdos de páginas que no sigo y memes vistos hace semanas. Pasar unos minutos en Facebook fue como intentar seguir una conversación en una calle donde los jaladores de las tiendas se pelean por atraer a los clientes en medio del ruido de la ciudad. 

Incluso cuando mi objetivo era vender algo en Facebook, la publicidad seguía siendo irritante. Facebook no tiene reparos en mezclar artículos de vendedores locales con publicidad de otros que se venden al por mayor, o que no tienen ninguna utilidad. Del lado contrario, cuando uno es el vendedor, tiene que limpiar las decenas de mensajes automáticos que llegan de estafadores de otros países o de bots. Finalmente, alguien compró lo que yo ofrecía, sin dejar de ser una experiencia que ninguna de las dos partes quería volver a repetir. 

Aunque no vendamos nada más que nuestra información a las compañías de redes sociales, es imposible no ponerse a pensar qué están haciendo sus gestores con las plataformas de las que tanto dependemos. Varios expertos y usuarios enfurecidos ya se han quejado de lo insoportable que está Instagram, que ha forzado la entrada de los reels a como dé lugar, empujando a los usuarios a ver videos cortos de gatitos y perritos, o de TikTok reciclados, en lugar de las fotos de sus familiares o amigos; y obligando a los creadores de contenido a decantarse por los videítos para llegar a sus seguidores en lugar de usar el formato que cada cual prefiera para conectar con su audiencia.

Aún permanece la esperanza de una red social que equilibre nuestra necesidad de dopamina diaria y nuestro interés en la información. En el año que se fue vimos nuevas iniciativas, algunas que ya ni recordamos, y otras que existen solo para determinados grupos. A inicios de 2022, Clubhouse prometía solo audio, dejando de lado las imágenes y centrándose en el contenido. No pasó mucho tiempo hasta que nos dimos cuenta de que algunos pueden hablar por horas, sin dominar ningún tema, o aún peor, sin decir nada. La falta de imágenes no fue garantía de calidad, y poco a poco Clubhouse pasó a convertirse en un club de gente que habla, pero con nadie que los escuche. 

Otra iniciativa que aún mantiene emocionados a sus adeptos es BeReal, la red social española donde se publica una sola foto al día y todas al mismo momento en un periodo de 3 minutos. Este fotolog del 2022 prometía a la generación Z escaparse de la falsedad de las redes sociales y darle paso a la ilusión de que la espontaneidad se puede conseguir en el mundo online. BeReal acabó demostrando que la vida de las mayorías pasa frente a una computadora y que muy de vez en cuando tenemos chispazos dignos de retratarse. 

Clubhouse, BeReal y otras redes que tuvieron sus momentos en 2022 ya han sido copiadas por sus grandes competidores. Twitter se deshizo de sus stories copiados de Instagram y pasó a incluir Spaces para competir con Clubhouse. Durante el 2022, Spaces fue ganando popularidad y ganando más usuarios, incluidos los jugueros de Jugo de Caigua, quienes organizaron un conversatorio onlinepor esa plataforma en sociedad con Redpública. Pero, como todo en Twitter, los Spaces también peligraron por los caprichos de Elon Musk, quien después de una disputa con periodistas en Spaces decidió suspenderlos para todos los usuarios por unos días, para luego reestablecerlos. Twitter, por supuesto, no es la única red que ha copiado a sus competidores con el fin de eliminarlos. Es conocida la tiktoficación de Instagram y de YouTube, quienes con calzador han incluido videos de 15 o 30 segundos. Instagram también copió a BeReal al incluir la opción de tomar fotos con ambas cámaras para simular las fotos de dicha red. Y, al mismo tiempo, TikTok también copió a BeReal y a las historias de Instagram, que a la vez fueron copiadas de Snapchat. No hay nada original bajo el paraguas del wifi. 

Entre copias, contenido reciclado y aburrimiento generalizado, es fácil entender por qué algunos describen a las redes sociales como el tabaco de este siglo. Hay quienes piensan que dentro de unas décadas miraremos nuestro uso indiscriminado de redes sociales como ahora miramos a aquellos médicos y políticos que argumentaban que fumar no era malo para la salud. A la fecha no sabemos realmente cuál es el impacto de estar sometidos a tanta publicidad, o a vivir las alegrías de la vida únicamente por nuestras pantallas; sin embargo, tampoco podemos parar de hacerlo porque nuestras vidas están conectadas a nuestra red de preferencia. Por mi parte, al primer día de enero ya he fallado con mi meta de año nuevo. Me he conectado a todas las redes que la Meta de Zuckerberg contiene, he revisado los tuits en red de Musk, y he visto los TikTok que una compañía me muestra desde China. Después de mi primer atracón de contenido del año, puedo afirmar que me siento como alguien que ha desayunado un cartón de cigarrillos. 


Pensar, escribir, editar, diseñar, coordinar, publicar y promover este y todos nuestros artículos (y sus pódcast) cuesta y nosotros los entregamos sin cobrar. Haz click en el botón de abajo para contribuir y, de paso, espía como suscriptor nuestras reuniones editoriales.


2 comentarios

  1. «…redes sociales…la info q necesitamos para funcionar en sociedad…!!…mis amigos quieren pasar menos tiempo en redes sociales, yo también…pocos lo logran…culpa y remordimiento…las redes no nos dan lo q buscamos…»
    Protagonista inmersa ella misma en la noíca del momento con la suficiente? distancia? como para hacer una evaluación autocrítica. Felicitaciones por eso. Nos permite a los pterodáctilos antediluvianos echar una mirada a esta preciosa olla de grillitos gordos, monstruosos, multitudinarios, ruidosos, saltando todos a la vez, llamada redes. Buen artículo!!

  2. Daniela

    A veces es difícil encontrar un equilibrio entre el uso voluntario e independiente de las redes sociales y aquel uso pasivo del que no somos enteramente conscientes. Una página web llamada «Center for Humane Technology», brinda algunas herramientas para hacer un uso más eficiente. Dejo el enlace, si acaso a alguien le interesa: https://www.humanetech.com/youth

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Volver arriba