Floyd vs. Chauvin


¿Por qué importa tanto la sentencia al policía que mató a George Floyd? 


Cuando las protestas por el asesinato de George Floyd en Minneapolis llegaron a Tampa, Florida, eran las 5 pm. Me topé con ellas de casualidad un sábado soleado camino del supermercado. Se trataba de un grupo relativamente pequeño de personas que bloqueaba con sus cuerpos la avenida. De forma pacífica, le hacían saber a los transeúntes que había motivos para detenernos a repensar la estructura que nos rodea. Continuar, como era mi caso, con una rutina por inercia representaba una complicidad con el sistema que había matado o dejado morir a Floyd: este caso se sumaba a la larga lista de personas que antes de él habían perecido producto de la violencia policial racializada en Estados Unidos. La diferencia con los otros asesinatos es que este ha logrado una sentencia: este martes que pasó, Derek Chauvin, el policía acusado de asesinar a Floyd, fue hallado oficialmente culpable. 

            Consciente de la vulnerabilidad de ocupar un cuerpo racializado negro, generizado mujer y en condición de migrante, ni siquiera se me había ocurrido protestar, pero mi inacción no era sinónimo de indiferencia. Por el contrario, era un reflejo de cuán cercana es la violencia policial para personas como yo. Se trata de un tipo de violencia que no tiene tiempo ni lugar. Es latente. Subyace, incluso, si estás haciendo algo tan básico como dormir. En marzo de 2020, Breonna Taylor fue asesinada en su casa por la policía. A media noche, mientras Taylor dormía, oficiales irrumpieron accidentalmente en su casa, dispararon diez balas y la asesinaron con cinco.

            Uno de los oficiales que asesinaron a Taylor fue sentenciado en setiembre porque sus disparos habían alcanzado un departamento aledaño, pero ningún cargo fue procesado por la muerte de Breonna. Esta es la regla y no la excepción. Según los datos recopilados por Philip Stinson, expolicía y criminólogo de la Bowling Green State University, entre los años 2005 y 2015 solo 54 policías recibieron sentencias por disparos mortales aunque, en ese mismo periodo, miles de personas hubieran sido víctimas de ese tipo de crimen[1]. De hecho, un conteo del Washington Post encontró que, solo en 2020, mil personas habían sido disparadas a matar por las fuerzas del orden. Por eso importa tanto la sentencia de Chauvin por asesinato en segundo grado.

            Aunque las acciones de Chauvin fueron registradas en video y viralizadas alrededor del mundo, esta pieza de evidencia no explica por sí sola la condena. Desde que las personas pueden producir videos caseros, la violencia policial ha sido filmada. Rodney King fue el primer caso de abuso policial grabado por un ciudadano y hecho público en 1991. Los oficiales acusados fueron encontrados inocentes, aunque todo el mundo había visto la grabación.  

            La historia muestra que es difícil condenar a policías aun con evidencia audiovisual por diversas razones. Human Rights Watch indica que los fiscales no son tan activos en casos que involucran a la policía porque es el mismo departamento de policía el que antes o después tendrá que colaborar con ellos en otros casos. También está el hecho de que las familias de las víctimas suelen recibir dinero para resolver los juicios, una situación ineludible dadas las circunstancias de desigualdad. El medio digital AJ+ explica que otro motivo importante es una doctrina legal, llamada “inmunidad calificada”, que protege a los oficiales de ser enjuiciados. Si sus acciones no han sido consideradas inconstitucionales en casos previos, pueden apelar a ese recurso y quedar impunes. De esto deriva la necesidad de reformar el sistema policial, legal y judicial estadounidense para paliar la violencia que afecta de forma desproporcionada a la población afrodescendiente en el país

            La tarde en que las protestas por Floyd llegaron a Tampa, también encontré mi feed de noticias en Instagram saturado de recuadros negros. Mis contactos en Perú, siguiendo una tendencia, compartían esta imagen en señal de “protesta” por el asesinato. Ahora, ¿cuál sería la acción “activista” que correspondería a la condena de Chauvin? Compartir, tal vez, la noticia como un gesto de celebración. Pero las personas que aún se sienten vulnerables ante la policía saben que no hay nada que celebrar. 

            Como respuesta a las protestas en Florida por el asesinato de Floyd, esta semana el gobernador ha hecho oficial una ley que prohíbe las protestas en el estado. Una respuesta desproporcionada en un lugar donde la violencia no estalló como en otras áreas del país. Con tantos motivos para protestar, esta ley reprime activamente a las poblaciones racializadas y minorizadas. 
Y vaya que necesitan seguir siendo escuchadas: a varios kilómetros de distancia, en Ohio, esta misma semana una adolescente llamó a la policía para que la defendiera de un altercado. En lugar de ello, uno de los oficiales le disparó cuatro veces. Esta vez también hay registro en cámaras del incidente. Ojalá este caso tenga, por lo menos, el mismo desenlace que el de Floyd. 


[1] De acuerdo a Stinson, es imposible calcular la cantidad exacta de muertes en manos de la policía si no son reportadas.

2 comentarios

  1. Patricia Garrido

    Si, es difícil de creer que en un país como EU aún no se inicie el cambio, no de leyes, pero si de «mindset» como ellos lo llaman y de «Soulset», con respecto al amor, respeto y protección al «próximo» y no sólo en la Policía racista, misoginia, xenofobos y homofobica. Gracias por este buen artículo.

  2. zeta

    Demasiado irónico que mientras declaran culpable al policía en otro lado están matando a otra persona… Pero con el racismo tan engranado en la sociedad imagino que cambiar el sistema policial va a ser casi imposible :/

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