El estado de Babel


El Congreso ha decidido representar la discriminación lingüística en el Perú


Julio de 2006. María Sumire de Conde, abogada cusqueña, juramenta como congresista de la República. A pesar de que juramentó hasta tres veces en quechua,  no se quiso tomar como válido el acto porque no fue hecho en español. En ese mismo periodo parlamentario su colega quechuahablante, Hilaria Supe, fue duramente criticada en la portada de un diario limeño por la forma en que escribía en español. 

Setiembre de 2018. Se debate en el Congreso de la República el pedido de cuestión de confianza hecho por César Villanueva respecto a la reforma política, quizás el debate más importante de ese año. Un congresista interviene en quechua, dos le responden y debaten también en dicha lengua. Algunos congresistas lo toman a broma. Pero no hay nada gracioso. Todo lo contrario, algo tan insólito como cotidiano sucede: los que no hablamos quechua no podíamos entender a nuestros colegas. El Congreso de la República del Perú, a diferencia del de países como Canadá o Bolivia, no tiene intérpretes de lenguas originarias. No solo eso: si uno busca en el diario de debates lo ocurrido en esa sesión, encuentra lo siguiente:

«El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): Gracias, congresista Acuña. Tiene la palabra el congresista Dipas.

El señor DIPAS HUAMÁN (FP): Gracias, señor presidente. Buenas noches. (intervención en quechua).

El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): Tiempo adicional.

El señor DIPAS HUAMÁN (FP): (intervención en quechua).

El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): Para que pueda concluir, por favor.

El señor DIPAS HUAMÁN (FP): (Se expresa en idioma quechua).

El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): Para que concluya.

El señor DIPAS HUAMÁN (FP): (Se expresa en idioma quechua). Gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): Gracias, congresista Dipas.

Tiene la palabra el congresista Palomino.

El señor PALOMINO ORTIZ (FP): Presidente, se expresa en idioma quechua). Gracias, presidente.

El señor PRESIDENTE (Daniel Salaverry Villa): A ver, por alusión, congresista Morales.

El señor MORALES RAMÍREZ (FA): Gracias, presidente. (Se expresa en idioma quechua).»

Esto es lo que consta en el registro oficial de intervenciones en el pleno. El documento que queda para la historia, no intenta ni siquiera registrar las intervenciones de estos parlamentarios. Se consigna el equivalente a poner «ininteligible» en la transcripción de un casete mal grabado. 

Abril de 2021. Quince años después del incidente con la congresista Sumire. Tres años después del debate en quechua. El candidato Ciro Gálvez decide que sus intervenciones en el debate presidencial serán en quechua y todos en casa lo escuchamos despistados. Ni los organizadores del debate ni los canales de televisión tienen intérpretes para que podamos entenderlo. Si Gálvez hubiese sido congresista, habría tenido similar suerte en un debate parlamentario. El Congreso sigue sin contar con intérpretes de lenguas originarias.

Y así siguen pasando los años. 

Como señalé alguna vez, el Congreso de la República, organismo de representación de la sociedad peruana, ha terminado representando también la discriminación y exclusión que viven los peruanos que hablan una lengua originaria por parte del estado del que son parte. Estamos a un día del Bicentenario de la República, en un estado plurilingüe y, sin embargo, aún se condena a quienes hacen uso de una de las 48 lenguas originarias habladas en nuestro país a no ser entendidos por el resto. A no ser tomados en cuenta en los servicios que brinda el Estado. A ser condenados por la justicia sin entender una sola palabra del proceso. A no poder informarse por los medios de comunicación. Según el censo de 2017, casi el 20% de la población peruana tiene un idioma distinto al español como lengua materna. Millones de peruanos al margen, a lo largo de décadas y siglos.

Los que queremos ver el Bicentenario, no como punto de llegada, sino como un punto de partida, soñamos con que esto pueda cambiar. En el Congreso que acaba de terminar presenté un proyecto de ley para que sea obligatoria la interpretación en simultáneo de lenguas originarias en el debate. El proyecto será presentado nuevamente en este periodo por la congresista Flor Pablo y esperemos que ahora sí se apruebe. Será un primer paso, con gran contenido simbólico, pero un primer paso.

Faltan muchos más para dejar de ser un Babel condenado a la incomprensión de sus propios ciudadanos.

3 comentarios

  1. Magali Arellano

    Excelente artículo. Gracias por poner sobre la mesa nuestra sociedad del desentendimiento, la falta de inclusión de nuestras lenguas originarias.

  2. Federico Alponte-Wilson

    Leo su artículo a pocas horas de iniciado el 28 de julio del 2021 y creo resume toda nuestra vida política como República. Pasaron 200 años y no aprendimos mucho.
    ¡Feliz bicentenario para todos !

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