¿Así que quieres una beca? 

Una experta en postular a becas te comparte sus secretos

Una de las habilidades más valorada en el mundo académico es la recaudación de fondos. Las diversas fuentes de financiamiento que sostienen al sistema de creación de conocimiento usualmente vienen en forma de concursos, becas o financiamientos públicos, y quienes se encuentran en niveles más avanzados de la vida académica, como profesores o futuros doctores, están acostumbrados a la montaña rusa que supone postular a una oportunidad económica. 

Quienes son caseritos de las becas te dirán que todas son parecidas. Tal vez no se parezcan en sus montos económicos o en las expectativas que tienen de sus becarios, pero sí en los procesos. La mayoría de las becas académicas, aquellas que financian estudios de pregrado, postgrado y cursos cortos, suelen enfocarse en el CV del postulante, la experiencia y su potencial. Para la mayoría de las becas te pedirán cartas de recomendación, de motivación y los documentos que aseguran tus conocimientos. Por ello, quien repite la experiencia de postular a una beca suele recordar las segundas ocasiones como más llevaderas. 

Sin embargo, para la gran mayoría, postular a una beca, sea del tipo que sea, es una gran hazaña que empieza por una lista de peticiones que casi parecen imposibles. Cada uno de los requerimientos se ve como un trámite que demorará años, o que requerirá de la ayuda de otros. El sentimiento abrumador que produce introducirse en estos procesos hace que muchos se desanimen, dejando pasar una oportunidad que realmente querían y, aunque muchos no lo crean, con la consecuencia de que muchas becas acaben perdiéndose. 

Como alguien que no podría haber estudiado la carrera ni los postgrados sin la ayuda de ellas, suelo repetir “postula, nomás”. Mi postura reconoce, eso sí, que va a ser un camino angustioso en el que no sabrás si los esfuerzos resultarán como esperas, en donde se va a tener que invertir tiempo y dinero, y en el que —sí o sí— vas a tener que pedir ayuda, desde tus profesores hasta desconocidos que irás conociendo en el camino. 

Estas semanas constituyen el tiempo perfecto para quienes están buscando becas para el periodo 2023-2024. Algunas de las convocatorias más esperadas cierran en mayo, como la beca Fulbright de postgrado, mientras que otras abrirán en los próximos meses, como Chevening o Beca Bicentenario de Pronabec. Tener unas semanas o unos meses para postular a una beca puede marcar la diferencia, pero al mismo tiempo, tener la fecha límite acercándose también puede ser el último empujón que necesitamos. Para los que vuelven de la Semana Santa descansados y con aspiraciones a nuevas oportunidades, les traigo tres consejos para enrumbarse:

1. Empieza con un calendario.

Antes que nada, revisa cuándo es la fecha límite de la beca que te interesa. Esta fecha suele incluir un horario, por lo cual tienes que asegurarte de cumplirlo según la zona horaria de la beca a la que estás postulando. Es decir, si la beca se brinda en España y dice que se admiten publicaciones hasta las 5 p.m., eso significa las cinco de la tarde de España y no de tu localidad. Esto puede parecer un detalle menor, pero muchas personas se quedan fuera por esto. 

Cuando sepas el día y la hora límite empieza a organizarte hacia atrás. Es decir, si la postulación es un viernes, tu fecha límite debe ser el jueves, para evitar problemas tecnológicos. Tienes que ver toda la lista de requerimientos de la beca y agendarlos, calculando el tiempo que requerirá obtener cada uno de ellos antes de la fecha límite. Recuerda que para el día que tienes que enviar tu postulación tienes que tener todos los requerimientos, incluyendo las cartas de recomendación, las traducciones si son necesarias, y otros papeles. Apunta primero en tu calendario todo aquello que te tomará más tiempo obtener (exámenes de idiomas, trámites burocráticos y las cartas de recomendación).

Si tus profesores te tienen que enviar cartas de recomendación, dales por lo menos un espacio de dos a tres semanas para que puedan hacer la carta. En caso de emergencia, puedes pedírsela con un tiempo de una semana o días, si hay confianza y urgencia. De todas formas, intenta tener las cartas —o que tus profesores la suban al sistema— una semana antes del fin de la postulación o unos días antes, o, por lo menos, que te confirmen que van a entregarte o subir las cartas al sistema de postulación antes de la fecha límite. 

• Facilítale el trabajo a quien te recomienda.

La mayor cantidad de preguntas sobre becas que me hacen tienen que ver con las cartas de recomendación. Personalmente, creo que estas deberían eliminarse en las primeras fases de las becas, porque son una preocupación para quienes las piden y una carga para quienes las hacen. Pero como no vivimos en el mundo de las facilidades, igual nos toca pedirlas. Si bien nuestros docentes o mentores nos ayudarán en la mayoría de los casos con una generosidad infinita, esto no significa que no debamos facilitarles el trabajo. 

Antes de pedirle a alguien que te haga una carta de recomendación, haz una pequeña lista sobre qué te gustaría que diga esa carta. Piensa en cómo esa carta puede fortalecer tu solicitud, o cómo puede potenciar lo que estás diciendo en tu carta de motivación o la información que incluiste de ti. Por ejemplo, si en tu CV pusiste que hiciste prácticas con la profesora que te recomienda, sería bueno que en la carta esta persona indique cómo destacabas en la prácticas (si eras organizada con las tareas, si aprendiste a usar determinados programas o técnicas, si aplicaste una nueva metodología, etc.). 

Debes enviarle a la persona que escribirá la carta toda la información: el nombre de la beca, el enlace de la web por si ellos quieren revisar más información, tu nombre completo, año y carrera, el programa al que quieres postular y también esas acciones que te gustaría que sean incluidas. Algunos se suelen paralizar cuando los profesores les dicen que les envíen la carta ya hecha para que ellos la firmen. Esta es una gran oportunidad para hacer una carta sólida, con la información que te beneficia, en lugar de verla como una oportunidad de ser soberbio. 

Por último, siempre está la tentación de usar un formato de carta que se encuentra en internet o pedirle al Chat GPT que te la redacte. Ambas opciones no me parecen del todo mal, sabiendo de antemano que probablemente otros también lo hagan y acabes con una recomendación genérica. Los formatos con la ayuda de la Inteligencia Artificial nos deben servir solo como el cascarón de nuestra carta, un molde para ser usado a nuestro beneficio y no para uniformarnos con el resto de postulantes: el norte de la carta siempre debe ser esa pequeña lista de información que hacen única tu postulación. 

• Vuelve a postular.

Muchas personas no postulan a las becas porque no están seguras si este año quieren empezar a estudiar algo nuevo. O no vuelven a postular a una beca por miedo al doble rechazo. Yo siempre pienso: ¿qué pasa si este año nadie postula…? ¡Y me la gano yo! Suena un poco loco, pero hay que serlo. Con algunas becas sabremos exactamente por qué no nos ha sido otorgada: por ejemplo, que no cumplíamos con algún requerimiento numérico (promedio exacto, nota de inglés, edad). Es cierto que muchas becas son muy estrictas y competitivas y se rigen por los números exactos, mientras que otras hacen una valoración global del candidato. 

En ambos casos, si se tiene la oportunidad de volver a postular, aconsejo hacerlo. Primero, porque ya tenemos el trabajo avanzado. Segundo, porque ya tenemos un poco más de experiencia y podemos hacer más sólida nuestra postulación. Y tercero, porque en muchas ocasiones las personas se quedan afuera por poco puntaje y los responsables de las becas tienen en consideración a quienes realmente están determinadas a tratar de obtener esa oportunidad. La mayoría de las becas de pregrado y postgrado no limitan cuántas veces postular, por lo que no deberíamos ponernos el propio límite. 

Dicho todo esto, espero que se animen a postular a aquellas becas que ya tienen en la mira. Y de yapa:  hoy, lunes 10, estaré en un Instagram Live con la Embajada de Estados Unidos resolviendo dudas para la postulación a la Beca de Postgrado de la Comisión Fulbright. ¡A animarse!

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